CRISPR: animales y humanos a la carta
La revolución genética ha comenzado con CRISPR/Cas9. CRISPR es un “corta y pega” genético. Esta tecnología utiliza la enzima Cas9, que actúa como unas “tijeras moleculares” y corta el ADN en localizaciones específicas. Los genes cortados pueden ser reparados, reemplazados o inutilizados. Esta técnica de modificación genética es mucho más barata, versátil y efectiva que las que había hasta ahora. De hecho hasta CRISPR, los métodos de manipulación genética eran inservibles para aplicaciones reales. En contraste, CRISPR es tan real que ya se ha usado en ratas, macacos y hasta en un ser humano.
El 28 de Octubre de 2016, los oncólogos chinos de la Universidad de Sichuan inyectaron células blancas modificadas con CRISPR en un paciente que sufría cáncer de pulmón. Según el propio hospital, los resultados han sido muy buenos, pero el paciente estará bajo observación los siguientes 6 meses.
En la Universidad de Pensilvania han conseguido curar ratas de hemofilia reparando genes defectuosos en una proteína llamada factor IX. Segú el doctor Lilly Wang, autor principal del experimento, a los ratones se les pone una inyección y se curan. Añade que no debería haber mucha diferencia con el tratamiento en seres humanos pero que antes deberán hacer más investigaciones en mamíferos de mayor tamaño.
Una de los logros más sorprendentes, aunque éticamente discutibles, ocurrió en Enero de 2016 cuando Xingxu Huang, un genetista de la Universidad de China consiguió crear dos macacos cangrejeros gemelos pero a cada uno le asignó una variación genética específica usando el sistema CRISPR. El MIT se pronunció rápidamente diciendo que éste era un paso crucial, ya que demostraba que el sistema funcionaba perfectamente y tenía el potencial de manipular cualquier tipo de genoma.
A día de hoy sabemos que el sistema de “corta y pega” funciona tanto en animales como, por ahora, en una persona. Nos podemos imaginar las posibilidades como la cura de la mayoría de enfermedades genéticas hasta el SIDA y las mejoras en agricultura y ganadería (cultivos y animales más resistentes que produzcan más y de mejor calidad). Ahora nos encontramos con la cuestión ética. Los primeros ensayos en humanos en Estados Unidos ya han recibido luz verde. Experimentos para editar embriones humanos no-viables se aprobaron en Abril de 2016 en China, Suecia y Reino Unido. Ese mismo mes, un equipo de la Universidad de Guangzhou declaró que había conseguido modificar embriones humanos no-viables para ser resistentes al SIDA. Un año antes, otro equipo chino ya había alterado el genoma de dos embriones humanos no-viables. ¿Hasta dónde podemos llegar?
Los propios científicos de los estudios aseguran no saber las consecuencias reales de estos cambios en el genoma. Otro grupo de científicos en los que se encuentra el doctor Jim Kozubek han asegurado que ven perfectamente factible que las enfermedades mentales sean erradicadas a corto plazo. No obstante, esto tendrá una consecuencia inesperada: la falta de genios. Pone como ejemplo a Tennessee Williams y a Thomas Alva Edison, los cuales sufrían desequilibrios mentales, lo cual seguramente estaba relacionado con su gran creatividad. Aplicando esta tecnología, todos seremos más homogéneos, hasta en la forma de pensar. Además, como el juego es nuevo, las reglas son flexibles lo cual puede causar grandes problemas. El principal miedo es que empiecen los animales y humanos a la carta.
Estos avances suponen un gran avance médico, pero pueden suponer un retroceso moral donde seamos sólo productos de laboratorio y perdamos nuestra singularidad.
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