Por cosas como esta EEUU ha denunciado los ataques del Gobierno a la prensa

Por cosas como esta EEUU ha denunciado los ataques del Gobierno a la prensa

Después de que el informe anual de derechos humanos del Departamento de Estado de EEUU recogiera su inquietud por las restricciones a la libertad de prensa impuestas por el Gobierno socialcomunista de Pedro Sánchez  y los ataques perpetrados contra distintos periodistas españoles, entre ellos Eduardo Inda, director de OKDIARIO, las declaraciones del responsable de Discurso de Podemos y hombre clave en la comunicación de Pablo Iglesias, Manuel Levín, reconociendo el interés de su partido por controlar los medios desde el poder, confirman que la seria advertencia a España de la Administración estadounidense obedece a un problema real. Durante su intervención en la charla telemática ‘Ahora, futuro: diálogos transatlánticos’, organizada por el partido morado, Levín ha señalado que «la pluralidad no se da por sí sola en el libre mercado, al contrario, hay que garantizarla desde las instituciones», «democratizando a los medios». Puro totalitarismo.

De modo que quienes, como la vicepresidenta Carmen Calvo, consideran que el informe de Estados Unidos denunciando el acoso y presión del poder político a la prensa en España es el último «coletazo» de Trump -falso, porque el estudio se empezó a elaborar con la anterior Administración norteamericana, pero lo ha rubricado el Gobierno de Joe Biden- no sólo faltan a la verdad, sino que revelan una nula autocrítica. El problema, señora vicepresidenta, es que Podemos -sus socios de Gobierno- no oculta sus intenciones. Las declaraciones de Manuel Levín justifican por sí mismas el informe de Estados Unidos y no hacen otra cosa que reafirmar el convencimiento que existe en las cancillerías occidentales de que el Gobierno socialcomunista constituye una amenaza a la libertad de prensa en España.

En lugar de echarle la culpa a Donald Trump, Calvo debería escuchar la intervención del responsable de Comunicación  de Podemos. OKDIARIO se la ofrece para que la vicepresidenta valore por sí misma si resultan aceptables en un Estado de Derecho con separación de poderes. Es la prueba del nueve de que, en efecto, desde su Gobierno se ataca a la Prensa.

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