La ‘Comisión Lenin’
La recién constituida Comisión para la Reconstrucción Social y Económica de la crisis del coronavirus en el Congreso de los Diputados debería ser bautizada como la ‘Comisión Lenin’ pues hay sobrados motivos para ello. La primera vez que este engendro se escuchó en la Carrera de San Jerónimo, a propuesta de Pedro Sánchez desde la tribuna de la Cámara, fue el 22 de abril. Efeméride del 150 aniversario del nacimiento del genocida bolchevique Vladímir Ilich Uliánov.
Unos días antes, el Obama de Pozuelo había hecho el anuncio de tal foro en su ‘Aló, presidente’ sabatino. Pero no lo expuso a las Cortes hasta el siguiente miércoles, día en que sus socios podemitas de gobierno jaleaban al camarada dictador al grito de «¡Lenin vivió, Lenin vive, Lenin vivirá!» como dice el poema Komsomólskaya (1927) obra de Vladímir Mayakovski. Una clara apología del totalitarismo marxista y criminal que la UE ya pide condenar pero que el juez político Grande-Marlaska se niega a perseguir como delito de odio.
Si el saqueo del ‘Oro de Moscú’ que Juan Negrín envió a la URSS permitió a los republicanos ganar tiempo en la Guerra Civil gracias a las armas y los suministros que mandaron los soviéticos, la llamada Comisión de la Reconstrucción frente al coronavirus no es sino otra estratagema de este Gobierno frentepopulista concebida también para arrancar hojas al calendario y tapar su negligente gestión de la pandemia, con 40.000 muertos reales. «Cuando quieres que un tema se pudra, mete los papeles en un cajón o crea una comisión», decía Rajoy cuando hacía oposición a Zapatero.
Los rasputines que susurran al oído del Doctor Cum Fraude, con Iván Jode a la cabeza, se conocen el paño y han visto en esta ‘Comisión-trampa’ una fuga de escape, una salida cobarde, en medio de tanto desastre. Un órgano que ha sido pensado para eludir la responsabilidad política y penal de Sánchez y Pablenin. Y es que sus conclusiones no tendrán recorrido en los tribunales, mientras que los de una comisión de investigación, como la que abordó los Atentados del 11-M (192 muertos), sí habrían llegado a la Fiscalía. «Esto no es una sesión de control», ha amenazado el presidente socialista Patxi López, alejando las debidas comparecencias de altos cargos de Sanidad.
Pero si esto no fuera suficiente, la gota que ha colmado el vaso ha sido el nombramiento del líder del Partido Comunista, Enrique Santiago, como vicepresidente primero de la Comisión. El abogado de los grupos terroristas colombianos FARC se declara un gran admirador de Lenin porque éste «construyó un estado alternativo donde había un país feudal», sostiene el jemere patrio, obviando así el baño de sangre de aquel mandato. Bien relacionado también con el chavismo, no cabe duda de que este fanático de Hugo Chávez y su jefe de Galapagar aprovecharán esta atalaya para tratar de imponer su agenda bolivariana, de efecto nocivo para las clases medias, ahondando la recesión. Ojalá esta Comisión no se prolongue mucho y se pueda decir pronto Good Bye, Lenin!