Castigo a la soberbia socialcomunista

Castigo a la soberbia socialcomunista

El Congreso de los Diputados ha tumbado el decreto ley del Gobierno de Pedro Sánchez sobre los remanentes de los Ayuntamientos, un plan que suponía la incautación de 14.000 millones de euros a los consistorios y que que fue urdido por el Ejecutivo y los alcaldes socialistas de la Federación de Municipios y Provincias, especialmente su presidente, Abel Caballero, alcalde de Vigo, que a estas horas, y después del revolcón, debería estar reflexionado seriamente sobre la conveniencia de dejar su cargo al frente de la FEMP. La soberbia del Gobierno, incapaz de negociar y preso de una patológica obsesión por el ordeno y mando, se ha traducido en una severa derrota por 193 votos en contra y 156 votos a favor, un fiasco en toda regla que demuestra la debilidad de un Ejecutivo que no es capaz de entender que su fuerza parlamentaria es limitada. Lo ocurrido en el Congreso es un hito, pues sólo cinco decretos han sido rechazados en la democracia durante su tramitación parlamentaria y Pedro Sánchez lleva ya dos.

La votación era clave, porque los 14.000 millones que el Gobierno quería confiscar a los Ayuntamientos eran vitales para tratar de cuadrar los Presupuestos Generales del Estado. Lo que pretendía Sánchez era un timo a gran escala: ganar liquidez por la vía de adueñarse de los remanentes de los Ayuntamientos -que habían hecho un esfuerzo de contención en los últimos años- y darles la tercera parte de lo incautado -5.000 millones- en dos años y el resto a largo plazo. O sea, quedarse con todo el superávit municipal y devolvérselo en diez años con el criterio de reparto que decidiera el Ejecutivo.

Pero más allá del batacazo parlamentario que se ha llevado Pedro Sánchez, el fracaso del plan deja al Ejecutivo sin margen alguno para cuadrar unos Presupuestos que se antojan clave para la supervivencia del Gobierno socialcomunista. Como antesala de lo que puede venir, la sonora derrota parlamentaria del Ejecutivo demuestra con toda crudeza que al Ejecutivo le faltan apoyos y le sobra soberbia.

Lo último en Opinión

Últimas noticias