Le cabe el Aranzadi en la cabeza

Le cabe el Aranzadi en la cabeza

Julián Sánchez Melgar es un jurista mayúsculo que asume el cargo de fiscal general del Estado en uno de los momentos más delicados para nuestro Estado de Derecho desde el inicio de la Transición. El creador de la doctrina Parot está vacunado contra el independentismo radical, ya que sabe lo que es convivir con la amenaza constante de la banda terrorista ETA. Con su designación, la Fiscalía gana un hombre de enorme prestigio, digno heredero del ímprobo trabajo que realizó José Manuel Maza. Aunque algún demagogo pueda aprovechar que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos tumbó la Doctrina Parot en 2012 para criticarlo, hay que recordar que dicha medida fue avalada por el propio Tribunal Constitucional y que se fundamentaba en una reflexión absolutamente clarividente del propio Sánchez Melgar: «No se puede tratar igual al autor de un asesinato que al de 200». De hecho, el final de la doctrina Parot supuso que más de 77 presos extremadamente peligrosos, entre los que estaban etarras, narcotraficantes y violadores, pudieran salir a la calle.

La frase de Sánchez Melgar, por tanto, es inamovible en cualquier democracia que se precie y ejemplifica sus solidas convicciones como jurista. Tanto es así que los asesinos de ETA siempre lo tuvieron en el punto de mira. Cuando los criminales tratan de silenciarte, cada amenaza supone un espaldarazo de credibilidad para tu trabajo. Un trabajo que habla de sus cualidades: valiente y sólido. De hecho, a pesar de que el Tribunal de Estrasburgo echó abajo su doctrina, siguió insistiendo: «¿Por qué van a ser iguales los autores de uno y de 200 delitos? La interpretación de la ley no puede consentir esa solución». Valentía y solidez le van a hacer falta, desde luego, para actuar ante las ilegalidades de los golpistas catalanes. Tendrá que decidir si mantiene la petición de penas de cárcel para todos ellos o qué hacer con Carme Forcadell.

En definitiva, gestionar uno de los contextos más complicados desde el punto de vista jurídico de nuestra historia reciente. Sin embargo, su experiencia previa y manera de trabajar suponen el mayor aval y garantía posibles. Su pensamiento es tan sencillo como rotundo: «La ley es igual para todos». Y con esa certeza, sin concesión a presiones ni prebendas, deberá resolver las causas pendientes que afrontará la Fiscalía en las próximas fechas. La causa del golpe de Estado independentista pasará la próxima semana al Tribunal Supremo después de que la juez de la Audiencia Nacional Carmen Lamela haya accedido a ceder su instrucción. Por tanto, Sánchez Melgar tiene trabajo por delante. Por la viabilidad de España, resulta imprescindible que su experiencia y buen criterio aparezcan una vez más. Ahora para contribuir a que la justicia triunfe sobre las provocaciones y los desafíos antidemocráticos.

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