La broma de Sánchez nos cuesta 20.000 millones
La política no debería estar sujeta a experimentos. La moción de censura de Pedro Sánchez es un capricho de consecuencias imprevisibles. La ocurrencia del secretario general del Partido Socialista ha puesto en guardia a los mercados financieros. Incluso en la Unión Europea hay temor de que una parálisis de dos de las economías más importantes de la eurozona como son Italia y España —tercera y cuarta respectivamente— provoque una grave crisis económica. Por ahora, la iniciativa de Sánchez ha ocasionado unas pérdidas a la banca de 20.000 millones de euros de capitalización bursátil. Entre los sectores más perjudicados están los de Obra Pública, donde el Gobierno había comprometido otros 20.000 millones de euros que ahora se encuentran paralizados con el consiguiente perjuicio para todos.
La mezcla de irresponsabilidad entre España e Italia puede ocasionar una tormenta perfecta muy nociva tras años de sólida estabilidad que, en nuestro país, ha permito que nos pongamos a la cabeza del crecimiento entre las principales economías continentales. Este mismo martes, el Ibex 35 ha llegado a caer casi el 3%, mientras que la prima de riesgo se ha disparado a los 128 puntos, algo sobre lo que el propio presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, ha mostrado su «atención y preocupación». La única manera de revertir un contexto que ha ensombrecido súbitamente es actuar con altura de miras y sentido de Estado y, desde luego, poner la responsabilidad por delante de los intereses generales. Algo de lo que Pedro Sánchez ha adolecido ya en demasiadas ocasiones. Por ahora, en Italia cuentan con la gran estatura política del presidente de la República.
Sergio Mattarella, a pesar de las graves amenazas recibidas, se ha plantado ante las veleidades de populistas y eurófobos con el objetivo de no entregar los mandos ejecutivos del país a cualquier pirómano de la política. No obstante, con partidos tan radicales como Movimiento 5 Estrellas (M5E) o Liga Norte, parece que la estabilidad es complicada y todo lleva a unas elecciones anticipadas. Es ahí precisamente, en la radicalidad, donde no debe caer España. La moción de censura de Pedro Sánchez es imposible, ya que de concretarse tendría que contar obligatoriamente con separatistas, herederos de ETA y populistas. Algo que sería el fin de la carrera del socialista, un golpe mortal para España y una amenaza gravísima para la Unión Europea. La estabilidad es la única vía del desarrollo. Así soslayamos la peor crisis económica de nuestra historia reciente y así llegamos a la situación que disfrutamos ahora. Para acabar con ese esfuerzo sólo se necesita un político irresponsable dispuesto a tirarlo todo por la borda.