Aldama no se arredra

El empresario Víctor de Aldama no parece arredrarse ante las amenazas del PSOE de llevarle a los tribunales por sus acusaciones de corrupción y se negará a llegar a ningún acuerdo de conciliación, de modo que está dispuesto a seguir tirando de la manta. Aldama acusó a tres personas, a las que define como «fontaneros» y «cloacas del PSOE en manos de Santos Cerdán», secretario de Organización, de haber ofrecido «indultos» a empresarios si declaran contra él en sede judicial.
Fue Cerdán el que anunció que el PSOE presentaría una demanda contra Aldama, pero si lo que buscaba Ferraz era lograr de este modo el silencio del empresario vinculado a la trama Koldo parece que ha pinchado en hueso. De lo que cabe concluir que Aldama está muy seguro de poder probar en sede judicial que sus acusaciones contra el PSOE son rigurosamente ciertas.
Cabe recordar que el empresario señaló a tres personas próximas al secretario de Organización socialista -Javier Pérez Dolset, Jacobo Teixeiro y Leire Díez Castro- por haberse puesto «en contacto» con «empresarios y con gente» para ofrecerles «indultos» así como «tratos de favor» si testificaban en su contra. Su respuesta no ha sido precisamente la de aquietarse, sino de pasar al ataque: «Estoy deseando que estos señores me pongan una denuncia».
Parece evidente que Aldama tiene claro que su estrategia de defensa no pasa en absoluto por tender puentes con el PSOE, sino de ir hasta el final contra el partido del Gobierno. Y para eso, por una elemental cuestión de sentido común, hay que estar convencido de que podrá demostrar que todo lo que ha salido por su boca es cierto. Porque si el empresario no dijera la verdad, el primer perjudicado sería él. De modo que convendría detenerse en lo dicho por Aldama y no plegarse a los argumentos socialistas de que la palabra del empresario no vale nada. Porque hablando del valor de la palabra dada, el PSOE no está para dar lecciones.