El adoctrinamiento infantil como arma de propaganda política
Tal es la impotencia podemita que la ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra, no ha dudado en ecomendarle a los menores de edad la tarea de difundir las bondades del Gobierno socialcomunista. En un acto con UNICEF España, Belarra ha considerado que el Ejecutivo socialcomunista «ya ha hecho su parte» y que ahora le toca a los niños vender la labor del Gobierno. Por eso, les ha instado a difundir «la Agenda 2030, que incluye objetivos comunes como humanidad y que es una estrategia en la cual se fija lo que el Gobierno de España quiere hacer para mejorar la vida de la gente y eso es muy importante».
Según Belarra, la Agenda 2030 es «el acuerdo más importante que se ha firmado nunca en la historia de la comunidad internacional, suscrito por 193 países, el más ambicioso, que permite pensar en un futuro en el que no hay desigualdad, en el cual se cuida el planeta y se aseguran vidas buenas».
Que Podemos se encomiende a los menores de edad para que hagan de publicistas del Gobierno es intolerable. La deleznable estrategia de manipulación de la secretaria general de Podemos revela hasta qué punto son capaces de utilizar los métodos más despreciables con tal de seguir aferrados al poder. La sucesora de Pablo Iglesias no ha dudado en reclamar la ayuda de los pequeños paras darle difusión a los logros de su ministerio: «Cuanta más gente los conozca antes llegaremos a los objetivos comunes», ha dicho ante un grupo de menores del Consejo Estatal de Participación de la Infancia y de la Adolescencia. La perversa utilización de menores como estrategia política es una indecencia moral, pero si algo positivo cabe extraer de la intolerable arenga de Belarra es que muy mal tiene que estar Podemos para recurrir a niños como forma de propaganda. Será porque entre los mayores de edad sus mensajes ya no cuelan.