Ábalos, carne de prisión

Ábalos
  • Graciano Palomo
  • Periodista y escritor con más de 40 años de experiencia. Especializado en la Transición y el centro derecha español. Fui jefe de Información Política en la agencia EFE. Escribo sobre política nacional

Se han conocido íntegramente los testimonios como imputados del dúo Ábalos & Koldo ante el Tribunal Supremo y la conclusión es que todo el mundillo judicial considera al ex ministro «carne de prisión».

Ábalos, con esas maneras tan suyas de tipo sin clase alguna, y Koldo, con esos procederes tan propios de un leñador acojonado ante su señoría, han venido a demostrar que están dispuestos a no involucrar a quienes deben, especialmente al número 1, con el que parecen haber pactado a través de otro edecán bajo sospecha, Santos Cerdán.

No parece que la otrora mano izquierda de Sánchez, gran hacedor de la moción de censura que derribó el Gobierno Rajoy, esté dispuesto a decir la verdad en relación con su ex jefe. ¿Razón? Sin duda, que espera del presidente del Gobierno generosidad, si es, finalmente, condenado a prisión. Vistos los antecedentes con delincuentes condenados a muchos años es previsible (así lo entiende Ábalos) que se prodigue con sus fiscales y jueces, sobre todo, en el Tribunal Constitucional. Algún resquicio encontrarán para meter bisturí.

Para los mejor informados de los distintos casos de trinque, comisiones, delitos presuntos que han amontonado una colosal corrupción en el llamado caso Koldo, incluso, para el elemental sentido común, aparece siempre la figura de Pedro Sánchez. Nadie en su sano juicio puede creer que el ministro de Transportes y secretario de Organización del PSOE pudiera transitar tanto tiempo en los presuntos delitos sin que su jefe de filas tuviera conocimiento de ello. Resulta imposible de creer.

Ábalos, que es persona sin formas pero no es rematadamente tonto, debería saber que Sánchez le dejará en la estacada aunque le prometa comprarle un Ferrari. Y de Koldo, ni hablamos… Simplemente le desprecian. Se comerá el gran marrón. Por eso, es difícil entender su silencio sobre el viaje de Delcy Rodríguez que tanta luz podría arrojar sobre todo el detritus sanchista.

Soy de los que creen que Sánchez no saldrá indemne de esta montaña de detritus amarillo. Podría continuar al frente del poder ejecutivo de la nación española, pero la historia lo enterrará por siempre y para siempre. Amén.

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