Declarar la independencia tiene que volver a ser delito

Declarar la independencia tiene que volver a ser delito
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En 1995 el PSOE de Felipe González rectificó el Código Penal para que declarar la independencia sin violencia no fuera delito. En 2005 el PSOE de Zapatero eliminó del Código Penal el delito de convocar referéndums ilegales. El Partido Popular ha tenido mayorías absolutas con Aznar desde el año 2000 hasta el 2004 y con Rajoy del 2011 al 2015. Supongamos que mañana mismo Torrent convoca un pleno urgente del Parlamento catalán cuyo único punto del orden del día sea declarar la independencia de la República de Cataluña, obedeciendo el mandato del referéndum ilegal del 1-O, dejado en suspenso por Puigdemont, decisión que imaginemos que es aprobada por la mayoría independentista. Inmediatamente el presidente títere Torra sale al balcón, quita todas las banderas, coloca sólo la estrellada y declara la independencia. Así, sin gastar ni un euro de fondos públicos y sin el menor atisbo de violencia ni tumulto ninguno.

Torrent y Torra se podrían ir esa noche a dormir tranquilamente a sus casas, después de celebrar su audacia con una buena cena en el mejor restaurante de Barcelona, porque nadie podrá acusarlos por el golpe de Estado que han dado, ni por rebelión, ni por sedición ni por malversación. Tan sólo se les podrá acusar quizá por prevaricación y desobediencia, si el Gobierno de España y los tribunales han estado veloces para impugnar la convocatoria del pleno y sus acuerdos, delitos que sólo conllevan penas de inhabilitación y multa, que en ningún caso serán efectivas hasta la firmeza de la condena. A lo mejor PP, PSOE y Cs conseguirían ponerse de nuevo de acuerdo para aplicar otra vez el artículo 155 de la CE y así destituirlos a los dos mientras se inicia el larguísimo proceso judicial que en ningún caso podría enviarlos a la cárcel.

No es ciencia ficción, es un anuncio de lo que va a pasar en Cataluña si el Gobierno del Partido Popular no está hábil y se pone de inmediato a reformar el Código Penal que se ha demostrado absolutamente inútil para atajar una declaración de independencia no violenta ni tumultuaria. Torra puede acabar en la cárcel si conduce su coche a una velocidad excesiva o con dos copas de más, pero no por dar un golpe de Estado. Ya hemos visto las dificultades que está teniendo el juez Llarena y lo controvertidas que están siendo sus decisiones, por culpa del Código Penal que le han dado nuestros nefastos políticos. Y eso que a Puigdemont y sus secuaces la cosa se les fue de las manos y se produjeron los tumultos violentos que harán que den con sus huesos en prisión. Pero ese error no lo cometerán dos veces, el Gobierno de España tiene que estar preparado.

Y no sirve la excusa de no tener mayoría suficiente. Igual que se consiguió el consenso del PSOE y C´s para la aplicación del artículo 155, Rajoy tiene ahora la responsabilidad de convencerles de que, cuando ocurra lo que sin la menor duda va a pasar, los votantes no vamos a perdonar a quienes sean responsables de que el nuevo golpe de Estado quede impune por haberse negado a realizar las reformas legales necesarias. Eso es ahora lo más urgente, aunque evidentemente no sería suficiente para revertir este proceso. Mientras no tengamos un gobierno valiente y con la mayoría suficiente para retirar las competencias en Educación y cerrar TV3, tan sólo podemos esperar a que el lento pero incesante proceso de empobrecimiento económico al que los golpistas están conduciendo a los catalanes haga que dejen de votar a los independentistas que están arruinando a todos los catalanes.

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