Descansen ustedes, señorías

Descansen ustedes, señorías

Sus señorías siguen de vacaciones, no es broma. Con la que está cayendo, con los presupuestos sin aprobar, el paro por las nubes y un Gobierno en minoría al que le van a tumbar todas sus reformas casi sin quejarse… A ver si así los sacan monos en las cadenas más progres de televisión. Con la Troika apretando para que, de una vez por todas, nos tomemos en serio lo de dejar de endeudar a nuestros hijos, sus señorías se han dado cuenta de que necesitan conciliar su vida familiar y profesional y se van a quedar en casita hasta fin de mes. A ellos sí que les va a dar tiempo a recoger los adornos navideños, a colocar los juguetes de los niños en esas habitaciones donde parecía que ya no cabía ni uno más y hasta a digerir en condiciones el pavo, el capón o la pularda. A ti y a mí no, pero a ellos sí.

Sus señorías se incluyeron en la Constitución tres meses de vacaciones —julio, agosto y enero— digo yo que para que se notara quien manda; aunque cuando empezó la crisis y los votantes empezamos a quejarnos de tanto morro prometieron que en julio y enero convocarían plenos extraordinarios o comisiones, para disimular. Pero pasadas las elecciones ya se les ha olvidado y lo de tener inhábil el mes de enero les ha sabido a poco y se han pillado 40 días del tirón a partir del 21 de diciembre. Más vacaciones que mi niña chica que, dicho sea de paso, se las merece más que muchos de ellos. Y esto no es todo, algunos igual os acordáis de lo que hicieron en Semana Santa ¿verdad?, pues eso, que se cogieron otras tres semanas de vacaciones pagadas, desde el 15 de marzo hasta el 5 de abril, por unanimidad, y esas tampoco están en la Constitución.

Y así, tacita a tacita, como decía Carmen Maura, sus señorías consiguieron terminar el año 2016 habiendo currado tan sólo 71 días, que son los que tuvieron que ir al Congreso a celebrar plenos, debates, comisiones, etc., gracias a las elecciones de junio. Eso sí, cobrar han cobrado como si hubieran ido todos los días, como si hubieran trabajado de verdad. Sueldos, dietas, compensaciones, indemnizaciones, iPhone y iPad ¡como si no costaran! Total, como dijo Carmen Calvo, la Ministra de Cultura de ZP: «Estamos manejando dinero público, y el dinero público no es de nadie.» No puede explicarse mejor.

Pero ¿sabéis qué os digo? ¡Que hacen muy requetebién! Que concilien todo lo que nosotros no podemos, que pasen más tiempo con sus familias, que rieguen sus macetas, que lleven al cole a sus hijos y que les dé tiempo a engordar y a adelgazar. Que cuanto menos trabajen ellos mejor nos irá a todos. Tres meses de vacaciones son muy pocos, mejor 11 meses y medio. Que tomen posesión de su cargo y se vayan a casa a descansar del esfuerzo. Menos leyes, menos reglamentos, menos subidas de impuestos, menos gasto público, menos copagos y ‘repagos’, menos bochorno, menos bronca de asamblea universitaria, menos espectáculo de perroflauta. Cuanto menos trabajen los diputados, menos daño hacen. Así que, descansen ustedes, señorías, descansen. Vengan a cobrar y luego, cada mochuelo a su olivo, que como en casita no se está en ningún lugar.

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