Lucha contra el cambio climático en el ámbito del agua: avanzar en la transformación ecológica con economía circular y tecnología puntera
Cada 24 de octubre se celebra el Día Internacional contra el Cambio Climático. Una jornada que tiene algunos objetivos claros, como es la movilización y la sensibilización de todos los agentes de la sociedad, tanto los procedentes del sector público y privado, sobre el impacto que tiene el cambio climático en nuestro planeta y, por ende, en nuestras vidas. Además, también este día tiene la intención de mostrar el grave peligro que conlleva el calentamiento global, como el aumento de la temperatura de los océanos, la reducción de los glaciares o la pérdida de la biodiversidad, entre otros.
Una lucha climática, además, que requiere de acciones y de consensos de todos los países del mundo. La acción tiene mucha más fuerza, sin duda, cuando se realiza al unísono, por eso, del 30 de noviembre al 12 de diciembre se celebrará en la ciudad de Dubái (Emiratos Árabes) la Conferencia anual de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, más conocida por todos como la COP28. En este evento se actualizará el balance mundial de los avances globales tras la adopción del Acuerdo de París en la COP21 de 2015 y se pondrán sobre la mesa las nuevas acciones para continuar avanzando en la acción climática.
Cómo afecta el cambio climático en el agua
En primer lugar, en esta cruzada internacional contra el cambio climático, hay que hacer una especial mención de los recursos hídricos, de su gestión y de la importancia que tiene en nuestro bienestar. El agua, un recurso que la naturaleza comparte con nosotros, es un elemento imprescindible para nuestro bienestar humano y socioeconómico, pues impulsa sectores primarios como la agricultura o la ganadería, entre otros aspectos, y mantiene plena y viva la biodiversidad del planeta.
En este escenario, y en relación con el agua, España es uno de los países de la Unión Europea (UE) más afectados por el cambio climático. De hecho, tal como hemos podido observar en los últimos meses, nuestro país ha ido viviendo episodios meteorológicos severos –como las sequías, las lluvias torrenciales o las inundaciones– que, según las previsiones, cada vez serán más frecuentes, tanto por escasez como por exceso.
Y es que el cambio climático impacta directamente en los recursos hídricos, tanto en su disponibilidad como en su calidad. Por ello, y como consecuencia, debido al efecto dominó, también impacta en la salud de los ecosistemas y en la vida de las personas.
Ante ello, los grandes agentes sociales, así como gobiernos, organizaciones mundiales y empresas, tienen el reto de liderar una transformación global a varios niveles en cuanto a la gestión del agua, como desarrollar soluciones innovadoras que permitan adaptarse y mitigar los efectos del cambio climático, impulsar un modelo de ciudad más resiliente y sostenible, tanto desde el punto de vista de la gestión como de las infraestructuras, sobre todo porque las grandes ciudades tienen cada día más población, debido al fenómeno de la España vacía.
Compromiso en la lucha contra el cambio climático
Veolia, referente mundial de transformación ecológica, ofrece soluciones de gestión en las actividades de agua, residuos y energía, impulsando el desarrollo sostenible de las ciudades, las industrias y la agricultura. La compañía tiene el férreo compromiso de luchar contra el calentamiento global y, por ello, su estrategia está claramente enfocada en la transición energética, la descarbonización y la descontaminación, así como llevar a cabo acciones para preservar y regenerar los recursos naturales, con el objetivo de mejorar la salud y la calidad de vida de las comunidades donde opera.
Por su parte, Agbar, integrada en Veolia desde 2022 como hub de conocimiento del agua, también refuerza la actividad del grupo potenciando sus servicios de gestión integral del ciclo integral del agua y de preservación del medioambiente. En España, Agbar presta servicio de agua a 13 millones de personas, en más de 1.100 municipios.
En la lucha contra el cambio climático, Agbar está en primera línea de acción y sus principales herramientas son la innovación y la digitalización, así como el impulso de alianzas con otros agentes públicos y empresariales del sector. Desarrolla, además, soluciones de mitigación y adaptación, y proyectos sostenibles de referencia para avanzar en la transformación ecológica, que generan un impacto positivo en las personas y el medio ambiente, alineada con la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas.
Apuesta por la economía circular
Algunas de las soluciones de sostenibilidad más destacadas de Agbar es el uso y la implantación de la economía circular en toda su estrategia y pirámide de operaciones. Y es que los sistemas actuales de producción y consumo han demostrado ser nocivos para el medio ambiente y agravan la crisis climática, por lo que se hace necesario un modelo circular que imite a la naturaleza y donde desaparezca el concepto de residuo.
En este ámbito, uno de sus proyectos pioneros es la transformación de las depuradoras tradicionales en ecofactorías, un modelo reconocido por la ONU como proyecto destacado en la lucha contra el cambio climático. A través de estas ecofactorías, Agbar regenera el agua para nuevos usos –riego agrícola, etc.–, valoriza los residuos para nuevos recursos –por ejemplo, los lodos de depuración se valorizan como abono en agricultura–, y produce energías renovables con el fin de conseguir el autoabastecimiento de la planta, generando un impacto positivo sobre el entorno.
Ejemplo real de esta regeneración del agua para nuevos usos está en la ecofactoría Bio Sur de Granada, gestionada por Emasagra, y la del Baix Llobregat de Aigües de Barcelona, ambas referentes a escala internacional.
Dar al agua una segunda vida
Frente al gran reto de la escasez hídrica, una de las soluciones posibles es llevar a cabo la regeneración y la reutilización del agua, dándoles una segunda vida. Gracias a estas ecofactorías, y de acuerdo con los principios de la economía circular, el agua depurada y regenerada regresa con una calidad óptima al medio del que se extrajo, o bien se destina para la agricultura, la industria, así como las propias ciudades, como el riego de parques o baldeo de calles, lo que permite reducir la presión sobre los recursos hídricos en un contexto de creciente sequía.
En el caso de la ecofactoría del Baix Llobregat, el agua regenerada procedente del tratamiento básico de depuración se emplea para usos prepotables, enviando el agua depurada y regenerada al río, arriba de la potabilizadora de Sant Joan Despí. De hecho, este es el principal uso, en este momento el 25% del agua consumida en los municipios gestionados por Aigües de Barcelona proviene del agua regenerada.
También se usa para el mantenimiento del caudal ecológico del río Llobregat; usos agrarios, como el riego del Parque Agrario del Baix Llobregat o usos urbanos, con el envío de camiones cisterna de agua regenerada a varios municipios del Baix Llobregat para la limpieza de calles o el riego de jardines y parques municipales.
Además, el agua regenerada procedente del tratamiento avanzado de depuración se emplea también para la inyección de agua regenerada en pozos de la zona, actúa como barrera contra la intrusión salina y mejora de la calidad del agua del acuífero en esa zona.
En un futuro próximo está previsto que también se utilice agua para usos industriales, para las industrias del polígono industrial de la Zona Franca y el polígono industrial Pratense, así como usos urbanos y domésticos para el polígono de la Marina del Prat Vermell.
Innovación constante y tecnología puntera
Para conseguir todo lo anteriormente citado y luchar contra los problemas climáticos, hay varias herramientas fundamentales que son el eje de la actividad de Agbar. Es el caso de la innovación y la digitalización, unidas a las tecnologías más punteras, son algunos de los ingredientes imprescindibles para hacer una gestión de los recursos naturales de forma eficiente y sostenible porque, entre otros aspectos, éstos son finitos.
La compañía ha desarrollado también la red Dinapsis, la cual despliega soluciones digitales de referencia para la transformación digital de la gestión del agua y la salud ambiental de los territorios, promoviendo el desarrollo de ciudades inteligentes, resilientes y verdes. Esta red combina la operativa de los servicios urbanos ambientales con la divulgación y ofrece, además, un entorno totalmente operativo que permite mejorar la resiliencia de las ciudades, con una respuesta frente a los eventos extremos, y preservar así los ecosistemas.
En este momento, la red cuenta con una decena de hubs Dinapsis a lo largo del territorio nacional. Cada uno de los centros está especializado en una temática atendiendo a la sensibilidad del territorio en el que se ubica y actuando como acelerador de innovación en el ecosistema local.
Por ejemplo, el primer centro de todos ellos, el de Benidorm –inaugurado en 2017– desarrolla servicios y tecnologías para acompañar la transición del sector turístico a modelos más sostenibles. Mientras que el último centro, Dinapsis Valencia –inaugurado en enero de 2023– tiene como finalidad impulsar la transformación ecológica de los territorios y avanzar hacia la economía circular y la neutralidad en carbono, fomentando la alianza industria-ciudad.
En definitiva, para luchar contra el cambio climático es importante la concienciación y la sensibilización de la sociedad, así como la unión y la colaboración de todos los agentes públicos y privados para que impulsen con éxito la transformación ecológica. Juntos y colaborando en positivo será posible conseguirlo.