España volvió a calcar la misma eliminación en el Mundial que sufrió hace cuatro años en octavos de final frente a Rusia. Igual que ocurrió en aquel fatídico precedente, el equipo español volvió a disponer de una posesión tan amplia como estéril, fue incapaz de ganar después de 120 minutos de juego y se acabó despidiendo en la tanda de penaltis. Además, frente a Marruecos ni siquiera fue capaz de marcar un solo gol, ni en jugada ni desde los 11 metros.

El equipo entrenado por Luis Enrique Martínez disfrutó a su antojo del balón durante casi todo el partido en el Education City Stadium. La estadística final refleja que su posesión se elevo hasta el 77 por ciento, por apenas un 23 de su rival, que cedió la pelota sin ningún tipo de problema amparado en una táctica defensiva que le acabó llevando al mejor resultado de toda su historia en un Mundial.

España volvió a sumar el millar de pases completados, concretamente 1.050, por los apenas 331 que logró conectar su adversario. Sin embargo, apenas pudo inquietar al sevillista Bono, que pasó pocos apuros durante el tiempo reglamentario y luego completó una exhibición en la tanda de penaltis, donde no encajó ni un tanto.

La selección española disparó 14 veces a puerta, pero solo dos de esos intentos fueron entre los tres palos. Marruecos tiró mucho menos (6), pero sin embargo lo hizo más veces al arco defendido por Unai Simón (3). El portero del Athletic se marcó alguna parada de mérito, también en la tanda al detener un lanzamiento, pero no pudo evitar encajar tres en una tanda fatídica por la falta de acierto de sus compañeros.