Tu mascota no es un hobby, sino una responsabilidad
Aunque son muy bonitos y tiernos de pequeños, los cachorros de perro y gato se hacen mayores. Tener una mascota es una responsabilidad, no un hobby.
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La mascota no es un hobby de niños como algunos solían pensar. Tener un perro o un gato implica hacer un seguimiento constante sobre la vida del animal: salud, alimentación, procreación, distracción y psicología. No se trata de una moda, tener compañía o una lección de responsabilidad: se trata de una vida.
En la actualidad existe una cultura del cuidado de los animales domésticos. En realidad, ser cuidadores no es una labor para la cual cualquier persona esté preparada. Gastos monetarios, adiestramiento y adecuación, forman la realidad diaria de quienes adoptan o adquieren una mascota.
¿Qué implica tener un animal doméstico?
Cuidar a una mascota implica un esfuerzo notable. Desde el primer día los cuidadores deben cubrir gastos relacionados al cuidado del animal. Todo comienza con vacunas, alimentación especial, visita al veterinario y accesorios de uso cotidiano. Por ejemplo, en el caso de los perros se debe comprar el plato de la comida, collar, correa, bozal en su caso, alguna prenda para el invierno, etc.
Los gastos no se reducen exclusivamente a lo económico. Durante los primeros años el cuidador debe invertir importantes cuotas de tiempo en adiestrar al animal. Los mamíferos domésticos deben aprender a ir al baño, tener un espacio habitual y a convivir en el entorno humano. En este proceso se invierte tiempo, paciencia, esfuerzo y limpiar unos cuantos desastres.
La disciplina y constancia en el hogar debe mantenerse para asegurar la socialización del animal. Añadido a esto, las costumbres deben reformularse con el paso del tiempo. Un ejemplo de ellos es la dieta y el ejercicio de las mascotas llegada la etapa adulta. Con todo ello, las mascotas requieren de cuotas de atención importantes.
Tu mascota no es un hobby: cuidarla es complejo
Las enfermedades suelen ser una fuente de gastos y preocupación inagotables. Realmente adoptar a un animal implica un cambio profundo en el estilo de vida de las personas. Los cuidados varían mucho dependiendo de la especie que sea seleccionada.
Por ejemplo, adquirir peces implica comprar la pecera, elementos del entorno marino, filtro, alimento, etc. Pero la acuariofilia no termina allí, pues los cuidadores deben limpiar el tanque, cambiar el agua y estar pendientes de controlar las condiciones climáticas dentro del ecosistema. Los cuidados pueden ser incluso más esforzados si se trata de una iguana.
Esta no es una labor que pueda hacer un niño por sí solo. Los más pequeños del hogar pueden participar y adquirir responsabilidades siempre que sean guiados por un adulto. En ocasiones, se requiere del esfuerzo y atención varios adultos.
La conclusión es básicamente que tu mascota no es un hobby. Cualquier acción que este mal orientada podría complicar o acabar con la vida del animal. La invitación es a tomarnos en serio el cuidado de otras especies.
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