¿Cuál es la mascota ideal para un niño?

Son muchas las ventajas de que los niños convivan con animales durante su crianza. La compañía de una mascota colabora en la construcción de una autoimagen positiva, fortaleciendo la autoestima de los más pequeños. Además, ayuda a forjar valores fundamentales para el desarrollo social, emocional y cognitivo, como la lealtad, la confianza y el trabajo en equipo. No obstante, es importante saber elegir la mascota ideal para un niño. Tanto para fomentar interacciones positivas, como para ofrecer la calidad de vida que el animal necesita (y merece).

¿Qué tener en cuenta para elegir la mascota ideal para un niño?   

Lo primero es considerar la personalidad de cada niño. Si bien están en plena etapa de formación, ellos también son individuos y sus particularidades no pueden ser ignoradas. Los niños pueden ser más o menos enérgicos, demostrar diferentes niveles de independencia, así como otros aspectos que son importantes a la hora de adoptar un animal de compañía.

Generalmente, tendemos a interpretar que un perro sería “la mascota ideal para un niño”. Pero la realidad es que no todos los pequeños demostrarán interés o estarán preparados para compartir su rutina con sus mascotas. Los canes requieren numerosos cuidados, bastante tiempo y significativos gastos mensuales.

También la rutina y el estilo de vida de la familia necesitan participar de la planificación. Naturalmente, los niños no podrán responsabilizarse integralmente por los cuidados de una mascota. Mucho menos asumir los costes de alimentación, atención veterinaria, medicina preventiva y otras inversiones clave para el bienestar del animal.

Por todo ello, toca a los adultos ser conscientes respecto a la disponibilidad de tiempo, espacio y la solvencia económica que pueden dedicar a la crianza de una mascota.

Las mejores mascotas para niños

Como estamos viendo, la elección de la mascota ideal para un niño depende de múltiples factores y es esencial que los adultos sepan conducir este proceso de forma responsable. Teniendo ello en claro, veamos algunas de las mascotas favoritas de los niños:

Perros

Los perros son más mascotas más queridas en todo el mundo, incluso por los más pequeños. Quien haya tenido un perro conoce muy bien los beneficios del vínculo que compartimos con ellos diariamente.

Pero también los perros suelen ser las mascotas que más tiempo, dedicación y atención requieren de sus cuidadores. Así mismo, tenemos la ventaja de poder elegir entre una enorme diversidad de perros, ya sean mestizos o de raza, con diferentes características, necesidades y personalidades.

Gatos

Además de encantadores, los gatos pueden ser la mascota ideal para un niño más independiente. No solo por su propia naturaleza, sino también por requerir cuidados relativamente más sencillos que los perros.

Así mismo, recuerda que la estimulación física y mental es indispensable para los mininos. Tanto en la gestión de un peso saludable, como de un comportamiento equilibrado. Lógicamente, proporcionar un ambiente enriquecido para un gato implica realizar algunas inversiones.

Conejos

Los conejos domésticos van ganando cada vez más popularidad entre los niños. Más allá de su aspecto tierno, estos roedores son muy inteligentes y pueden ser adiestrados, siempre que reciban una correcta estimulación. Cuando disfrutan de un ambiente seguro y positivo, también se revelan compañeros activos y disfrutan compartir tiempo con sus humanos favoritos.

Hámster

Los hámsteres exigen cuidados más sencillos que las demás mascotas que mencionamos anteriormente. Pero son bastante sensibles y necesitan tener un ambiente enriquecido para disfrutar de una buena calidad de vida. También es importante considerar que su esperanza de vida es corta, lo que implica que el niño rápidamente deberá enfrentar la pérdida de su querida mascota.

Además, existen otras mascotas para niños menos “tradicionales”. Tortugas, aves e inclusive pequeños lagartos pueden resultar buenos compañeros de su infancia. La clave está en conocer un poco más sobre cada especie antes de tomar la decisión de adoptarla.