¿Es saludable la alimentación vegetariana de un gato?

La decisión de una alimentación vegetariana de un gato podría ser perjudicial. Los gatos son carnívoros por excelencia, incluso por encima de los perros. Un dueño que prepara una dieta vegana para su felino podría ponerlo en peligro de deficiencias nutricionales. Es muy posible que este tipo de animal rechace abiertamente las frutas y vegetales.

De hecho,  Es más fácil que un perro coma vegetales con mayor regularidad que un gato. Los perros son carnívoros facultativos, lo que les permite tener una mayor inclinación hacia todo tipo de alimentos. Esta condición no es igual en los gatos, los cuales además desean mayoritariamente productos animales para su menú diario.

Una alimentación vegetariana de un gato es poco factible

El organismo de los gatos está diseñado para el consumo de carne. Sus papilas gustativas están predispuestas a preferir los aminoácidos presente en los productos derivados de animales. Esto explica la mayor predilección de esta mascota por el pescado, la leche, mariscos y hasta los huevos.

El tracto digestivo de los felinos es corto, lo cual dificulta la digestión y absorción de la fibra. Por supuesto, esto solo se traduce en una clara deficiencia a la hora de procesar los vegetales. Por el contrario, la carne no necesita tanto espacio para el procesamiento de sus sustancias.

Añadido a esto, los gatos no son capaces de producir nutrientes como las vitaminas A y D. Esta característica les obliga a captar dichas sustancias vitales directamente de productos alimenticios. Estos nutrientes, así como otros aminoácidos, solo se consiguen con facilidad mediante el consumo de carnes. Por eso se dice que los felinos son incluso más carnívoros que los perros.

Un gato sin carne está mal alimentado

Existen piensos especiales hechos a base de productos no animales para gatos. No obstante, estos no están pensados para sustituir en su totalidad el consumo de carne. Por lo general, tendrían que ser complementados al menos con productos como la leche o los huevos.

Incluso haciendo uso de estos productos será difícil sustituir sustancias como la taurina. Someter a los felinos a dietas estrictamente vegetarianas puede desembocar en una carencia nutritiva considerable. Otro problema está en la disposición del gato a aceptar los piensos vegetarianos: no a todos les gusta.

Lo cierto es que los gatos no suelen ser vegetarianos por decisión propia. Incluso si un felino lograra asimilar este tipo de dieta, sería necesario mantener un seguimiento constante con el veterinario. Lo idóneo sería realizar chequeos médicos cada tres meses de forma estricta.

En todo caso, es fundamental hacer aquello que favorezca la vida y salud de tu gato. Los animales no comen haciendo uso de consciencia: simplemente lo hacen de forma instintiva. Influir en su naturaleza puede ser realmente peligroso.