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Los expertos no dan crédito: un estudio revela que tu perro puede oler tu estrés y responder con pesimismo

Perros, animales, mascotas
Un perro oliendo a su dueño. Foto: Freepik
  • Ana López Vera
  • Máster en Periodismo Deportivo. Pasé por medios como Diario AS y ABC de Sevilla. También colaboré con la Real Federación de Fútbol Andaluza.

La relación entre humanos y perros siempre ha sido especial. Sin embargo, una investigación sugiere que esta conexión no sólo es emocional, sino también química y sensorial.

Nuestros peludos de cuatro patas perciben el olor del estrés en las personas y sus comportamientos puede cambiar notablemente. Este hallazgo es clave para entender cómo las emociones humanas afectan a nuestras mascotas.

Cómo los perros detectan el estrés humano a través del olfato

Un grupo de científicos de la Universidad de Bristol, en Reino Unido, ha realizado un estudio pionero que demuestra que los perros responden con un comportamiento «pesimista» al detectar el olor asociado al estrés en humanos.

Según el artículo publicado en Scientific Reports, estos animales domésticos experimentan un cambio emocional similar al que los humanos presentan cuando están expuestos al estrés ajeno, lo que influye en sus decisiones y aprendizaje.

Para llegar a esta conclusión, los investigadores desarrollaron un experimento que combinó entrenamiento canino con pruebas olfativas. Los perros aprendieron a identificar la ubicación de un cuenco con golosinas frente a otro vacío, y su velocidad para acercarse a estos recipientes sirvió como indicador de su estado emocional: rapidez equivalía a optimismo, lentitud a pesimismo.

El experimento científico que demuestra la reacción pesimista de los perros al olor del estrés

El factor decisivo fue la exposición previa de los perros a muestras de olor humano. Los dueños fueron sometidos a una tarea matemática estresante o a una sesión de relajación auditiva, mientras se recogían muestras de sudor y aliento para ser utilizadas en las pruebas. Los canes olfateaban estas muestras durante unos 20 segundos antes de enfrentar la prueba de elección.

Al ser expuestos al aroma del estrés, los perros mostraron una mayor demora en acercarse a los cuencos con ubicación incierta, un comportamiento interpretado como un sesgo pesimista.

Por otro lado, el olor asociado a la relajación no alteró su rapidez ni confianza. Este patrón sugiere que el olor del estrés puede afectar la expectativa de recompensa del perro y, por ello, también a su estado emocional.

Impacto del estrés humano en el comportamiento y aprendizaje de los perros

La profesora Nicola Rooney, autora del estudio, señala en declaraciones recogidas por la agencia SINC, que estos resultados tienen relevancia para ambientes donde el estrés puede estar presente, como en perreras o durante el entrenamiento de perros de trabajo o mascotas.

Por su parte, Zoe Parr-Cortes, también autora de la investigación, destaca que incluso el aroma de un humano desconocido bajo estrés puede influir en la percepción y aprendizaje de un perro.

Sorprendentemente, el estrés agudo no sólo genera pesimismo, sino que también podría potenciar la capacidad de aprendizaje en estos animales, al enfocar su atención en detalles importantes como la ubicación de la recompensa.

No obstante, la investigación advierte que el estrés crónico puede tener un efecto contrario y perjudicial.

Investigación futura sobre cómo las emociones humanas afectan a los perros mediante olores

Este estudio plantea nuevos interrogantes sobre cómo otras emociones humanas, como la felicidad o la relajación profunda, podrían afectar a los perros a través de señales olfativas.

Los investigadores planean continuar explorando los compuestos volátiles que se liberan en diferentes estados emocionales para comprender mejor esta interacción química y emocional entre humanos y perros.

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