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Refuerzo negativo en perros: cómo usarlo correctamente

Refuerzo negativo perros
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Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Todos los propietarios de mascotas deberían tener, al menos, nociones básicas sobre el adiestramiento canino. No se trata únicamente de enseñarles trucos, sino también, y sobre todo, conductas que fomentan una convivencia segura. Tradicionalmente, se ha empleado el refuerzo negativo en perros para reprender comportamientos indeseados o potencialmente peligrosos. Sin embargo, el avance de la comprensión acerca del comportamiento y la inteligencia de los canes ha demostrado que este tipo de técnicas son contraproducentes en el proceso de aprendizaje.

¿Qué es el refuerzo negativo en perros?

Lo primero y más importante es saber exactamente qué es el refuerzo negativo en perros. Aunque pueda parecer un concepto sencillo, lo cierto es que resulta muy complejo, y precisamente por esto existen opiniones encontradas acerca de si es recomendable aplicarlo o no.

Aunque algunos educadores y adiestradores caninos resaltan los beneficios del refuerzo negativo, otros señalan que tiene muchos riesgos potenciales. Consiste en, dicho de una forma sencilla, exponer al animal a un estímulo o a una situación desagradable.

Esto se puede realizar al suspender de forma temporal un refuerzo positivo, esto es, dejar de ofrecerle algo que le gusta, o mediante la aplicación directa de un estímulo negativo. Ahora bien, el refuerzo negativo y el castigo no tienen nada que ver. Son conceptos distintos.

El castigo no guarda relación con el proceso de adiestramiento del perro, sino que se realiza después de que este lleve a cabo una conducta indeseada. Un ejemplo de castigo es el de regresar a casa de forma anticipada durante el paseo si el perro se muestra agresivo con otro.

Posibles peligros

En sí mismas, las técnicas de adiestramiento en negativo pueden resultar contraproducentes, porque se basan en someter al can a estímulos desagradables, que generan emociones y sensaciones negativas, como miedo, dolor o estrés. Todo ello puede impactar negativamente en la salud y en el comportamiento del perro.

Pero cuando se utilizan sin el conocimiento y la experiencia apropiada, estas técnicas también se vuelven peligrosas para quien las aplica. Entre otras cosas, porque los estímulos desagradables pueden conllevar a reacciones negativas por parte del perro, en el intento de hacer cesar algo que les incomoda o lastima.

También es importante entender que, para que el castigo y el refuerzo negativo sean viables, es necesario que anteriormente el can conozca el estímulo positivo. De esta forma, tanto para prevenir problemas de comportamiento y contextos peligrosos, como para estimular el aprendizaje de los perros, el refuerzo positivo suele mostrarse más eficaz y seguro.

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