Una raza con gran belleza canina: el West highland white terrier

El nombre de estos caninos revela su punto de origen. El West highland white terrier no es más que el terrier blanco de las tierras altas del oeste, específicamente de la región oriental de Escocia. Son descendientes del Cairn Terrier, la raza de pequeños cazadores más antigua de la que se tienen noticias en estas islas británicas. En el siglo XIX se trabajó en su conformación con el objetivo de crear ejemplares completamente blancos. Uno de los objetivos era que sus dueños no los confundieran con las presas al momento de salir de cacería.

Son mascotas bastante amigables y equilibradas, sin problemas para adaptarse a las rutinas de quienes habitan en pequeños apartamentos. Eso sí, teniendo siempre presente sus características propias.

Adorables y testarudos

En líneas generales, todas las variantes de estos canes británicos son de temperamento fuerte. Un rasgo inversamente proporcional a su diminuta figura. El West highland white terrier no es la excepción. Quienes decidan adoptar un can de esta estirpe, deben mostrar mano firme desde el principio; lo que no significa que se deba aplicar la violencia o maltratarlo con el fin de educarlo.

Como ocurre con todos los perros que hacen vida doméstica, los refuerzos positivos llevan a los resultados deseados. Aunque con esta raza se debe ser particularmente paciente. La socialización temprana es clave, pronto deben aprender a respetar y a convivir con otras mascotas. De lo contrario, la vida en comunidad puede resultar un poco difícil.

Sus dimensiones tampoco dicen mucho de su carácter de guardianes protectores. Defenderán su hogar y a sus dueños con la vida, en caso de que sea necesario. Esto los llevará a ladrar cada vez que perciban agentes extraños dentro de sus zonas de influencia.

West highland white terrier: características básicas

Tanto machos como hembras pesan entre cinco y 10 kilos, con una estatura promedio de 28 centímetros a la altura de la cruz. Cuentan con un llamativo pelaje blanco corto, de doble manto, duro y liso. A pesar de su tono blanco, no son perros albinos. Conservan una pigmentación negra en el hocico, así como cerca de la boca y los ojos.

Como buen cazador, el West highland white terrier es muy enérgico. Requiere de al menos 30 minutos de ejercicios y juegos cada día. Aquellos que viven en casas con patios y jardines mostrarán tendencia a excavar; otra herencia que recibieron de sus antepasados que se dedicaban a perseguir tejones dentro de las madrigueras.

Como parte de sus cuidados, estos pequeños canes necesitan de peinados regulares para retirar el pelo muerto. Los baños frecuentes no son muy recomendables, entre otras cosas porque su piel es seca y delicada; es por eso que la humedad en combinación con los químicos de los jabones, pueden provocarles erupciones.