¿Qué hacer si el gato se pone nervioso con las visitas?
Aunque los gatos tienen fama de ariscos e independientes, lo cierto es que también son animales muy sensibles. Necesitan tener una rutina muy marcada, y cualquier alteración puede generarles un gran estrés: una mudanza, un cambio en la alimentación… Y también la visita de un extraño en casa. Precisamente, las visitas son una de las cosas que más nervioso le pueden poner a un gato, así que es importante que conozcamos las claves para manejar la situación.
Cómo evitar que tu gato se ponga nervioso con las visitas
Escondite
Lo primero es procurar una correcta socialización desde cachorro para que crezca sano y disfrute de una vida feliz. Cuando un gato tiene poca socialización durante los primeros meses de vida, le va a resultar muy complicado gestionar las visitas.
De ser así, lo más probable es que, ante la presencia de una persona que no conoce, corra a esconderse en su rincón favorito. El gato está asustado, así que no debemos presionarle. Tenemos que darle su espacio, pero al mismo tiempo hacerle saber que estamos a su lado.
¿Cómo? Si corre a esconderse dentro de una caja de cartón, podemos quedarnos a cierta distancia de él, sin agobiarle. Será él quien se acerque a nosotros cuando lo crea conveniente.
Socialización
Para evitar una situación de este tiempo, debemos hacer que el gato socialice desde pequeño. Los expertos recomiendan no esperar a que se produzca la situación, sino que lo que debemos hacer es presentársela de manera controlada cuando tenga unos pocos meses de vida.
Por supuesto, tenemos que hacerlo de una forma progresiva para que el gato pueda aprender a gestionar sus emociones y sentimientos gradualmente. Tenemos que construir una buena relación con el animal y ofrecerle experiencias positivas.
El refuerzo positivo es una técnica que funciona muy bien para las situaciones cotidianas con el gato. Podemos crear asociaciones positivas, como por ejemplo el hecho de recibir visitas con un premio que le guste.
Durante el proceso de adaptación debemos supervisar que el gato se encuentre bien y esté gestionando correctamente los distintos estímulos y su intensidad. Es más, una sobreestimulación también puede ser perjudicial.
Estrés
Por último, es interesante conocer cuáles son los principales síntomas de estrés en gatos. Todos los animales pueden sufrir estrés de forma puntual, pero si los signos se repiten durante un largo periodo de tiempo, hay que consultarlo con el veterinario: agresividad, cambios alimenticios, marcaje intenso, conductas compulsivas e irritabilidad.
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