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3 consejos para que tu gato no sufra una ola de calor

Gato golpe de calor
Gato
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Si tienes un gato como mascota, debes saber que estos animales son extremadamente sensibles a las altas temperaturas del verano. Por esta razón, es importante que conozcas una serie de consejos prácticos para evitar que el gato sufra un golpe de calor en verano.

Los gatos regulan su temperatura corporal a través de la evaporación de la saliva y el sudor lo expulsan por jadeos y por sus almohadillas. Un golpe de calor en cachorros y ancianos puede ser mortal, así que debes conocer cuáles son los síntomas para actuar de inmediato: incremento de la frecuencia respiratoria, debilidad, vómitos, mucosas pálidas y aumento de la temperatura corporal por encima de los 40 grados.

Hidratación

La hidratación es lo más importante, así que el gato debe tener agua limpia y fresca siempre a su disposición. En los días de más calor, vigila el bebedero constantemente y colócalo en un lugar fresco. Un buen truco para refrescar el agua es añadir un poco de hielo raspado. ¡Sólo un poco porque a los gatos no les gusta el agua demasiado fría!

Sitio fresco

Seguro que en alguna ocasión has observado al gato cómo corre al lavabo o a la ducha para tumbarse en una superficie fresca. Pues bien, puedes hacerte con una esterilla refrigerante para gatos y colocarla en el lugar más fresco de la casa. También puedes ponerla encima de su cama.

Atención constante

Cuando dejas a tu gato solo en casa porque sales a trabajar o a hacer algún recado, debes tener en cuenta que si cierras todas las ventanas y apagas el aire acondicionado, la temperatura puede aumentar en exceso. Lo ideal es que dejes el aire acondicionado puesto bajo para que el gato esté a gusto.

¿Cómo actuar si el gato sufre un golpe de calor?

Ante la más mínima sospecha de que el gato está sufriendo un golpe de calor, debes actuar inmediatamente. Tienes que hacer todo lo posible por mantener la calma ya que podrías contagiarle el nerviosismo al animal.

Busca una zona fresca y a la sombra donde el gato se pueda recuperar. Dale agua fresca y envuélvelo en toallas mojadas. No es una buena idea bañarlo en agua fría porque el contraste de temperatura podría hacer que el gato sufriera un shock térmico.

En cambio, con las toallas mojadas la humedad de la piel se evapora, creando una atmósfera refrescante. Esto permite que el gato se recupere poco a poco y sin ningún riesgo para su salud.

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