Las feministas que acusan a los gallos de violar gallinas cargan contra la «masacre» de los visones con Covid
El grupo de feministas Almas Veganas, que acusan a los gallos de violar a las gallinas al inseminar sus huevos, carga contra lo que consideran «una masacre» en referencia al sacrificio de 92.700 visiones contagiados de Covid-19 en un pueblo de Teruel.
Ante el anuncio del consejero de Agricultura de Aragón, Joaquín Olona (PSOE), del exterminio de estos animales que viven en una granja golpeada por el coronavirus, las reacciones animalistas no se han hecho esperar. A pesar de que las autoridades sanitarias admiten que hay pruebas de contagio cruzado entre seres humanos y los animales de esa granja ubicada en el municipio de La Puebla de Valverde (Teruel), las feministas critican la medida.
«Exterminar más de 90.000 vidas como si nada», lamentan ante lo que califican de «violencia normalizada». Además, señalan que estas muertes se suman a otras en mataderos y otros emplazamientos que igualmente censuran. En sus redes sociales, denuncian que los dirigentes políticos y la sociedad capitalista en general «sólo saben oprimir».
A pesar de que el Gobierno de Aragón ha explicado que los operarios utilizarán dióxido de carbono (CO2) porque así se consigue una muerte incruenta y los cadáveres de estos animales se llevarán a una planta de tratamiento, donde se incinerarán, estas animalistas afean la decisión.
La actuación se realizará adoptando todas las medidas de bioseguridad necesarias y, además, la empresa propietaria de la explotación, Secapiel S.L., será indemnizada según lo establecido por la Ley de Sanidad Animal. Todas las labores se llevarán a cabo por trabajadores de la empresa pública SARGA, acompañados por un veterinario de la dirección general de Calidad y Seguridad Alimentaria del Ejecutivo autonómico.
Como ya sucedió con el perro Excálibur, propiedad de la enfermera Teresa Romero contagiada de ébola, el movimiento animalista ha puesto el grito en el cielo. Al margen de las más de 40.000 muertes de personas humanas por coronavirus, estos grupos radicales protestan por la muerte de animales.
Colecta fallida
Aunque son muy activas en redes sociales, este grupo de feministas animalistas no ha conseguido lograr sus objetivos de recaudación de dinero para salvar su proyecto. Han lanzado una colecta para que su «santuario de animales» tenga futuro. Pero tras un mes de funcionamiento del ‘crowdfounding’, únicamente han cubierto el 4% del objetivo que se habían marcado de 50.000 euros. Han recogido poco más de 2.400 euros con 92 aportaciones entre 5 y 10 euros con la excepción de cuatro personas que se han podido permitir donar 100 euros o más.
En un vídeo promocional, la impulsora del proyecto lamenta que se ha quedado sola con otra «compañere (sic.)». Al comienzo del proyecto, había nueve personas involucradas pero han ido abandonando el barco por, dicen, «falta de compromiso y sacrificio». Una de las posibles razones sería la polémica que suscitó su denuncia pública a los gallos por, supuestamente, violar a las gallinas al inseminar los huevos.
Según aseveran, pusieron 40.000 euros de entrada al alquilar los terrenos que usan en la provincia de Gerona y pagan 2.000 euros al mes. No obstante, en menos de un año se les acaba el contrato y tienen que poner otra importante cantidad para conseguir la propiedad de la parcela. Ante la crisis del coronavirus están contra las cuerdas para poder continuar con la iniciativa y la ciudadanía con la que contaban les está dando la espalda. Además del alquiler tienen que pagar, dicen, comida, veterinarios, facturas y «imprevistos que siempre hay».
«Hay mucha gente que piensa que el santuario es todo muy bonito. Es lo que se transmite mucho en las redes sociales con fotos bonitas. Es así pero sobre todo hay muchísimo trabajo, esfuerzo físico y mental. Hay mucho que pagar», trasmiten. Fanny, una de las promotoras, subraya que las dos activistas que persisten en la causa «está muy unidas y siempre con mucha positividad».
El proyecto comenzó «hace ya tres años con toda la ilusión del mundo para ayudar en la medida posible a los animales víctimas del especismo y del capitalismos. Cabras, vacas, conejos y gallinas que en esta sociedad son discriminados, son refugiados en este sistema que les condena, les esclaviza y les asesina». Denuncian que la sociedad trata a los animales como «productos, mercancías y propiedades cuando no lo son, son seres sintientes que deberían tener el mismo derecho que nosotros a vivir sus vidas sin ser utilizadas ni discriminadas».
En septiembre de 2019 acapararon los focos de los medios de comunicación. Sus afirmaciones sobre gallos violadores les lanzaron a los titulares de la prensa. Recibieron las críticas de ganaderos, cocineros como Karlos Arguiñano, y cosecharon el apoyo, no obstante, de cargos de Podemos como Sergio García, hoy director general de Derechos de los Animales en el Ministerio de Derechos Sociales que lidera Pablo Iglesias.