Éste es el famoso mercadillo de Madrid que aparece en el anuncio de la Lotería de Navidad 2025
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La campaña de la Lotería de Navidad ha vuelto a convertirse, un año más, en uno de los momentos más esperados del año. El anuncio es casi una tradición ya que indica que el Sorteo está cerca y además a todos nos gusta ver la historia que cuenta no sólo para promocionar la lotería, sino porque siempre muestran algo que consigue llegarnos directo al corazón. En esta ocasión, el spot gira en torno a Vero y Max, una pareja que, en pleno ambiente navideño, encuentra en un mercadillo un décimo de hace treinta años cuidadosamente enmarcado.
La escena, sencilla a primera vista, despierta una curiosidad que mueve toda la trama: ¿por qué alguien guardaría un décimo así? ¿Qué historia hay detrás? ¿Cómo es que siendo un décimo premiado la persona no cobró el premio? Todas estas cuestiones actúan como el hilo conductor que sostiene el mensaje emocional de la campaña. Pero más allá de la historia, hay otro elemento que ha llamado la atención: el lugar donde sucede todo. Quienes conocen Madrid lo han reconocido al instante, porque no podía ser otro. El anuncio transcurre en El Rastro, el mercadillo más emblemático y castizo de la ciudad, un escenario que aporta ese toque madrileño tan característico y que convierte al spot en un homenaje a uno de los espacios más queridos por locales y turistas, pero ¿por qué se ha elegido este escenario?
El mercadillo que aparece en el anuncio de la Lotería de Navidad
La elección de este mercadillo para el anuncio de la Lotería de Navidad no es casual. El Rastro que se celebra todos los domingos y festivos, lleva más de cuatro siglos formando parte del paisaje madrileño y está profundamente ligado al barrio de La Latina y Embajadores, especialmente alrededor de la calle Ribera de Curtidores y la Plaza de Cascorro. Su ambiente, siempre vibrante y algo caótico, encaja a la perfección con la estética del anuncio, que busca transmitir emociones a través de lo cotidiano.
El origen del nombre es pura historia de Madrid. El Rastro nació junto al antiguo matadero de la villa y debe su denominación al reguero de sangre que dejaban las reses sacrificadas cuando eran transportadas desde el matadero hasta las curtidurías donde se trabajaban las pieles. Ese rastro literal bajaba por la pendiente de Ribera de Curtidores, dejando marcado el camino. Con el tiempo, el lugar se transformó en lo que hoy conocemos: un mercado inmenso, abierto, siempre lleno de vida.
El anuncio aprovecha ese contexto histórico y popular para enmarcar la historia de Vero y Max. No es sólo un decorado bonito: la sensación de estar rodeados de objetos con pasado, de piezas que han cambiado de manos muchas veces, encaja con la idea del décimo antiguo que aparece en el spot. En el Rastro es fácil imaginar que cada cosa tiene detrás una biografía y, en ese sentido, el lugar refuerza el tono nostálgico y emotivo que acompaña cada año a la Lotería de Navidad.
Un mercado que mezcla antigüedades, arte y cultura urbana
Si algo define al Rastro es su diversidad. Sus calles se llenan cada fin de semana de puestos donde se vende prácticamente de todo: desde objetos de segunda mano y antigüedades hasta libros, muebles, ropa, vinilos, coleccionismo militar, artesanía o pequeñas joyas artísticas que aparecen entre montones de piezas únicas. Es un lugar en el que se puede encontrar lo inesperado y donde cada visita es distinta a la anterior.
Además del comercio, el mercadillo mantiene una conexión profunda con la cultura urbana madrileña: música en directo, graffitis, artistas que improvisan, turistas que descubren rincones nuevos y madrileños que buscan una ganga o simplemente pasean. En torno al Rastro siguen apareciendo iniciativas que reavivan su carácter artesanal, como mercadillos especiales con puestos de comida y bebida o sesiones de DJs en directo, que actualizan el ambiente sin romper su esencia tradicional.
Ese cruce entre lo castizo y lo más contemporáneo lo ha convertido en un símbolo reconocible también fuera de Madrid. Muchos visitantes incluyen el Rastro en su ruta casi al mismo nivel que museos o plazas emblemáticas, precisamente porque condensa en pocas calles una forma de entender la ciudad: bulliciosa, abierta y con una mezcla constante de generaciones y estilos.
Con todos estos elementos, no sorprende que la Lotería de Navidad haya elegido este escenario para su anuncio de 2025. El Rastro no sólo es un mercado: es un símbolo del Madrid tradicional, un punto de encuentro intergeneracional y un espacio que refleja la evolución de la ciudad. Es castizo, reconocible y cargado de historia, exactamente el tipo de lugar que conecta con el mensaje emocional que cada año busca transmitir la campaña del Sorteo Extraordinario del 22 de diciembre. Es más, de alguna manera El Rastro funciona como un personaje más, un escenario que sostiene la emoción y la tradición que rodean a la Lotería de Navidad, y que acerca todavía más el spot al día a día de quienes pasean por sus calles cada domingo.