Sevilla

Visto para sentencia el juicio del caso de pederastia en la Macarena de Sevilla desvelado por OKDIARIO

juicio Macarena
El presunto abusador y la denuncia.
Luis Miguel Montero

La Sección Séptima de la Audiencia de Sevilla ha celebrado este martes y miércoles un juicio de presuntos abusos sexuales a un menor cometidos supuestamente en 2018 y 2019 tanto en la sede de la hermandad de la Macarena como en actividades organizadas por la cofradía donde el acusado prestaba servicio voluntario como monitor. La investigación desvelada por OKDIARIO el 14 de septiembre de 2021 ha acabado en una petición fiscal de 12 años de prisión y de 19 años por parte de la acusación particular. El juicio ha quedado visto para sentencia este jueves.

El caso fue investigado durante casi un año por la Unidad Atención a la Familia y Mujer (UFAM) de la Policía Nacional de Sevilla e instruida por el Juzgado número 17 de la capital andaluza. Los hechos adelantados por OKDIARIO tuvieron lugar durante los años 2018 y 2019 cuando un menor denunció que durante aquellos años, en al menos tres ocasiones, sufrió «abusos sexuales tanto en la sede de la Hermandad como en actividades de su influencia», según el texto de la denuncia. El detonante que propició esta denuncia fue un suceso ocurrido el Sábado Santo de 2019, cuando el niño llamó a su padre en un mar de lágrimas y asustado contando que se habían aprovechado de él en los baños de un céntrico centro comercial de Sevilla.

Inmediatamente, se puso la correspondiente denuncia y la Policía comprobó que no sólo se abusó de él ese día sino presuntamente de más niños. Los agentes encargados del caso sospecharon entonces de la existencia de un inductor, mayor de edad, que los mandaba a ese lugar. El chico contó en comisaría que «mientras iba de camino al baño del establecimiento, un varón de unos 40 años le preguntó si sabía dónde estaba el baño, indicándole el dicente el lugar y acompañándole hasta los servicios. Que una vez en el servicio el dicente aprovechó para miccionar poniéndose el autor de los hechos en el urinario conexo. Que mientras el dicente miccionaba no paraba de mirarle sus partes íntimas. Que en cuanto terminó le agarró del brazo y lo metió en una de las cabinas que tiene water y forzó al dicente agarrándolo de la cabeza y agachándolo (…)».

La Policía interrogó al niño en varias ocasiones y éste acabó confesando que fue alguien conocido y que interactuaba con ellos, y provocó la confesión por parte del adolescente de otros casos anteriores. Entonces descubrieron que era un conocido miembro de la juventud del cuerpo de acólitos e incluso trabajador ocasional en las oficinas de la Hermandad de la Macarena de Sevilla. Su nombre es J.J.S., pero tiene un apodo por el que es conocido en toda Sevilla y en otras Hermandades de Semana Santa. El juicio se ha celebrado a puerta cerrada y con la víctima, que ahora es mayor de edad, detrás de una mampara para preservar su identidad.

El primer abuso denunciado por el menor se produjo durante el festival taurino organizado por la Hermandad de la Macarena el 12 de octubre de 2018. Los otros dos episodios se habrían producido en los propios baños de la Hermandad. La investigación no ha sido nada fácil porque los agentes de la UFAM han tenido que sortear dificultades y zancadillas desde abril de 2019, primero por parte de la misma Hermandad y luego por la pandemia del Covid-19, que paralizó algunas gestiones judiciales.

Hay que explicar que la Real, Ilustre y Fervorosa Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestra Señora del Santo Rosario, Nuestro Padre Jesús de la Sentencia y María Santísima de la Esperanza Macarena de Sevilla tiene 16.000 hermanos y unos 3.000 nazarenos, procesiona desde el año 1615 y actualmente realiza su estación de penitencia durante la madrugada del Viernes Santo. Formar parte de la Hermandad es algo que se transmite de padres a hijos y fue lo que ocurrió en el caso de este joven, que tenía 15 años cuando ocurrieron los hechos y heredó la devoción religiosa de su abuelo y de su padre, ambos miembros de la Hermandad.

Un comunicado posterior de la Cofradía de la Esperanza Macarena tras la información publicada por OKDIARIO, que se negó a responder a cualquier pregunta de este periódico, sostenía que «en relación con los hechos al parecer denunciados, la Hermandad se sitúa completamente al margen de los mismos al tratarse de una situación presuntamente antijurídica ajena a la misma, perteneciente a actos privados realizados presuntamente por el hermano investigado en su esfera exclusivamente personal, por lo que la Hermandad, cuando tuvo conocimiento de la investigación, y no siendo parte en ningún momento del procedimiento, estudió la posibilidad de personarse como acusación particular en las actuaciones, descartándolo al no afectarle directamente» y añadía que «esta institución repudia, de ser ciertos, los hechos denunciados e insiste en que es por completo ajena a estas circunstancias, y reitera su total colaboración y compromiso con la Justicia para su esclarecimiento en cuanto sea precisada; debiendo quedar a salvo el buen nombre e integridad de esta Hermandad, compuesta por más de 16.000 hermanos de cuyas actuaciones personales no puede ser responsabilizada».

Sin embargo, varios ejemplos dan buena cuenta de la «colaboración» de la Hermandad con la investigación. Por ejemplo, en la Navidad de 2019 la Policía insistió en dar una charla a los más jóvenes para detectar otros posibles casos de abusos, como se hace frecuentemente en los colegios donde se detectan. Finalmente la Hermandad convocó la charla un día sin formación de niños, así que sólo asistieron a la misma tres formadores y algún miembro más de la Hermandad, con lo que los investigadores no obtuvieron el efecto deseado por su experiencia y es que algún otro niño se acerque tras la charla a algún agente y confiese un hecho similar, como ocurre con mucha frecuencia.

La segunda anécdota pertenece a las diligencias judiciales, que también se han encontrado con dificultades. La juez encargada del caso solicitó mediante un oficio a la Hermandad datos de los niños de un rango de edad para investigar. Finalmente, la Hermandad aportó datos de niños entre 6 y 7 años y de adultos entre 23 y 24 años, todos fuera del rango de la investigación. Mientras tanto, la juez sometía a diversos peritajes psicológicos a la víctima, corroborando la veracidad de la denuncia.

La denuncia que comenzó todo el proceso.
La denuncia que comenzó todo el proceso.

Pero la Policía no se rindió y comenzó a citar a testigos de esa lista de mayores de edad y uno de ellos proporcionó a los agentes nombres y edades de monaguillos y acólitos de 2017, 2018 y 2019 y asistentes a campamentos de verano en las fechas de referencia. La Policía solicitó este dato a la Hermandad para ponerse en contacto con los padres, no recibiendo respuesta alguna a día de hoy. La Hermandad de la Macarena de Sevilla ha argumentado siempre la Ley de Protección de Datos para no hacerlo.

Arzobispado

El anterior arzobispo de Sevilla, monseñor Juan José Asenjo, tuvo conocimientos de los hechos en la Macarena de Sevilla que ahora han sido juzgados y respondió por carta al padre de la víctima el 20 de abril de 2019, que ha podido ser consultada por OKDIARIO: «Veo que usted ha presentado la denuncia correspondiente ante el Juzgado de lo Penal de Sevilla, que es el procedimiento acertado. La Iglesia como tal no puede hacer nada aunque sea un miembro de la Hermandad. Las normas dictadas por la Santa Sede, en concreto por el Papa Francisco, se refieren a acosos o abusos sexuales perpetrados por eclesiásticos (…)».

Carta del anterior arzobispo.
Carta del anterior arzobispo.

No ha sido el único lugar al que acudieron los padres de la víctima, ya que tras la denuncia inicial del menor se activaron todos los protocolos y los padres pidieron una reunión con la Junta de Gobierno de la Hermandad que tuvo lugar en mayo de 2019. En esa reunión se pidió un voto de confianza a los padres que se quejaron de que el acusado seguía entonces trabajando con los menores de la Hermandad. Un mes después volvieron a reunirse y les comunicaron que habían realizado una investigación interna y que «la encargada de formación les había indicado que era la víctima quien se ‘encontraba siempre cerca del acusado’, como excusa», aseguran los padres.

La Hermandad, por orden de la Junta de Gobierno, borró entonces las fotos de sus redes sociales donde aparecía el acusado, algo que pudieron confirmar los investigadores de la Policía, tal y como consta en los documentos aportados a la Justicia. En julio de 2019 se producía la tercera y última reunión entre la Hermandad y la familia de la víctima, donde lejos de aportar soluciones les proponen que sometan al niño «a un tratamiento».

Mientras tanto, el sospechoso J.J.S. fue detenido y pasó dos días en el calabozo de la Policía. Además de ser interrogado se le intervinieron los ordenadores y teléfonos móviles. Cuando regresó a la Hermandad explicó, para justificar su ausencia, que había estado ingresado en la Clínica Sagrado Corazón por «una gastroenteritis». J.J. S. continuó colaborando con la Hermandad hasta octubre de 2019 cuando la presión de la Policía le obligó a dejar sus actividades. Ahora tendrá que enfrentarse a una sentencia tras su paso por la Hermandad de la Macarena de Sevilla.

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