Villarejo dice que el CNI espía a políticos en prostíbulos, roba fondos reservados y amenazó a Corinna
El comisario José Villarejo ha denunciado al máximo responsable de los servicios secretos españoles, Félix Sanz Roldán, ante la Audiencia Nacional por la «implacable persecución del director del CNI» tras investigar el policía asuntos en los que se han visto afectados funcionarios de La Casa. Entre otros, el haber espiado a políticos en prostíbulos, robar fondos reservados o amenazar de muerte a Corinna Zu Sayn-Wittgenstein. [Lea la denuncia completa]
Villarejo se ofrece por medio de la denuncia presentada en la Audiencia Nacional a comparecer en el Congreso, como en un inicio lo pidieron algunos diputados, para transmitir sus conocimientos sobre algunos asuntos relacionados con las alcantarillas del poder. Y se queja de que algunos lo veten ahora: “Se da la extraña contradicción de que se me acusa de ser ‘el jefe de las cloacas’, pero se me impide hablar de ello en tan ilustre sede nacional, al menos para tener la oportunidad de exponer mi versión”.
En el escrito detalla también, uno a uno, los casos que ha investigado. La lista es interminable y afecta a asuntos de alto voltaje de la vida política que, sin duda alguna, desatan la alarma social. Casos como “la rara muerte de un magistrado incómodo por un raro infarto” o “la contratación de mercenarios para robar en Mónaco documentación de C”. La “C” corresponde a la inicial del nombre de pila de Corinna Zu Sayn-Wittgenstein. Otro capítulo relacionado con la «amiga entrañable» del Rey Juan Carlos es un informe donde presuntamente se detallan las amenazas de muerte que recibió la princesa Corinna.
Espionaje a políticos en prostíbulos
Entre las investigaciones y escritos policiales que Villarejo ha realizado en los últimos años y que, según él, han provocado “la implacable persecución del director del CNI”, destaca por su singularidad y originalidad la utilización por parte de los servicios secretos de “un prostíbulo chino cerca del Congreso para espiar a políticos ‘clientes’”.
El puticlub, según el ex comisario principal, estaba situado en una calle adyacente al edificio de los leones, muy cerca de una Comisaría. Cuando los agentes de Extranjería llevaron a cabo una redada para detectar a inmigrantes ilegales se toparon con que los encargados del burdel eran confidentes del CNI. Según declaró uno de ellos, “estaban allí para espiar a los diputados que se tomaban una copa en el local de vez en cuando”.
Las chicas también informaban a los agentes del servicio secreto sobre las inclinaciones de sus ilustres “clientes”. Pero aquel escándalo no transcendió a los medios de comunicación porque la Policía recibió instrucciones desde las alturas para ocultar las diligencias e hizo un favor al cuerpo hermano de la carretera de La Coruña. Villarejo, entonces, se enteró del incidente y elaboró una nota informativa interna.
Robo de fondos reservados y filtraciones
Villarejo insiste en una serie de casos investigados por él en los que los servicios secretos se sirven de la policía para su interés. Por ejemplo, la “filtración de la conversación del ministro del Interior”, el “uso de la Policía bajo control del CNI para labores políticas” o la utilización “de informes del Sepblac para chantajear a enemigos políticos”.
Con respecto a otros grandes escándalos de interés nacional, el comisario señala el “entorpecimiento de la investigación sobre IG (Ignacio González), alegando que era un informador suyo”, “uso de pruebas falsas para destituir al comisario de Barajas en el caso Emperador”, “sustracción de pendrive del fiscal del caso Nóos” y el “uso de falsa-intérprete para sustraer documentación de la CGI” (Comisaría General de Información)
En la denuncia no se olvida de algunos asuntos que tienen relación con el manejo de fondos reservados: “Pago ilegal a terroristas para liberar a secuestros nacionales”, “pérdida de fondos reservados en pagos sin justificar”, “sociedades usadas por el letrado JDLV para mezclar comisiones con fondos” y “apropiación de fondos en Dakar y Burquina entre otros”.
El comisario dedica así mismo un apartado a la “contaminación y compra de profesionales de medios de comunicación”.
Villarejo concluye este apartado del escrito ofreciéndose al juez a entregar la documentación precisa para acreditar los antecedentes si lo considera oportuno una vez admitida la querella.