En septiembre de 2017

Villarejo a Cospedal: “El PSOE está obsesionado con la moción de censura, Sánchez quiere conocerme»

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Manuel Cerdán

Pablo Iglesias salió derrotado de su suicida moción de censura, pero en septiembre de 2017, seguía sin renunciar a la misma fórmula parlamentaria para echar a Mariano Rajoy de La Moncloa. Así queda patente en la conversación que José Villarejo mantuvo con María Dolores de Cospedal en septiembre de 2017, que desvela hoy OKDIARIO. Pero para esa segunda intentona necesitaba sumar a toda costa los votos del nuevo PSOE de Pedro Sánchez. El candidato socialista, que había ganado las primarias de su partido cuatro meses antes y que se había abstenido en la primera tentativa, no hacía ascos a desbancar a Rajoy por ese procedimiento. El comisario se lo trasladaba a De Cospedal:

“Sigue tocándome bastante la gente del PSOE y lo intentan los de Podemos. Están muy obsesionados con la moción de censura para llevarla para adelante.

“¿La moción de censura?”, se muestra sorprendida la que entonces ocupaba la cartera de Defensa en el segundo Gobierno de Rajoy.

Villarejo la pone en antecedentes:

“Hay un comisario muy amiguete de Margarita. Lo conozco desde hace muchos años, pero no era muy amigo porque no me llevaba bien con él porque era muy de izquierdas. Mas bien un comisario político. Muy en la línea dura en la que está ahora este Pedro Sánchez. Me he visto varias veces con él. Me dice: ‘¿Por qué no organizamos una reunión con Pedro Sánchez que quiere conocerte?’. Pero si yo ya estoy jubilado… ‘Es muy importante. Quieren información. Es fundamental la información que puedas dar con el tema de Cataluña…’. Yo no tengo nada que ver con esa historia. Yo hice mi trabajo sobre los Pujol, le digo. Que sí, que tal, que es muy importante”.

Villarejo no iba desencaminado. Se adelantaba nueve meses a los acontecimientos políticos. Efectivamente, Sánchez unía sus fuerzas a las de Iglesias, los independentistas y los herederos de ETA para botar a Rajoy de La Moncloa en junio de 2018. Villarejo no lo vivió de cerca porque ya se encontraba en la cárcel de Estremera. Tampoco lo necesitaban porque en esa ocasión se sirvieron de una sentencia de la Audiencia Nacional sobre la Gürtel, redactada por el juez José Ricardo De Prada.

Las negociaciones entre el comisario y los fundadores de Podemos se gestaron entre 2016 y 2017. Un ex alto cargo del Ministerio del Interior comentó a OKDIARIO: “Iglesias y Monedero calificaban a Villarejo en sus intervenciones públicas de ‘cloaca’, pero tenemos pruebas para demostrar que se tapaban la nariz cuando buscaban de él información sobre el PP y, al mismo tiempo, conocer los datos que tenía la policía sobre sus oscuras finanzas”.

Una de las agendas de Villarejo en poder de la Audiencia Nacional refleja las relaciones secretas que mantenía el comisario con dirigentes de Podemos e Izquierda Unida. Villarejo anotó en sus cuadernos comentarios sobre las gestiones que el dirigente histórico de Izquierda Unida, Manuel Lenin González, realizó ante él en nombre de Podemos. El 19 de octubre de 2016, el comisario escribía: “Esto les ha confundido, porque creían que yo era facha”.

En la misma libreta, junto al nombre “MANGONZA” (Manuel González), Villarejo anotaba el mensaje que González le había hecho llegar a Podemos: “Comentó mi acercamiento a BG (Baltasar Garzón) y al resto de la izquierda”.

Para entender el interés de Iglesias por Villarejo hay que situarse en el contexto de 2017. Podemos estaba entonces muy interesado en conocer las investigaciones que la Policía realizaba sobre su financiación irregular y el dinero que sus fundadores habían recibido de Venezuela e Irán; las pesquisas sobre la tarjeta del teléfono de la asistenta de Pablo Iglesias, que había pasado por la redacción de Interviú y de la que Villarejo tenía una copia y las acciones que pensaba emprender la asociación ligada al comisario -Transparencia y Justicia- contra ediles del ayuntamiento de Madrid.

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