García Castaño a los policías que espiaron a Bárcenas: “Debéis ir sin vuestros móviles y si os pillan decís que estáis de paseo”
Todos los días elaboraban un informe detallando los movimientos, cafés, reuniones, visitas, desplazamientos y comidas de Luis Bárcenas
El dispositivo policial de seguimiento y control de Luis Bárcenas, de su mujer y de su hijo estaba coordinado por el comisario Enrique García Castaño. Se trataba de un cotingente “extrajudicial” y secreto, tal y como se les indicó a los 80 efectivos implicados en los controles al ex tesorero del PP. Todo ello era de vital importancia “para la integridad de España y de sus políticos”, tal y como se les justificó a los policías. Y con esa argumentación se les ordenó realizar labores de puro espionaje político durante más de dos años para tener controladas las posibles pruebas que Bárcenas pudiese pretenden utilizar contra el PP.
El encargo era directo. Debían “realizar seguimientos de los sitios en los cuales se movía Luis Bárcenas”. Y, en especial, “tener permanentemente controlado el domicilio. Se les aclaró que la labor era ajena a labor y control judicial”. “Extrajudicial” se les resumió. Y que, en caso de que fuesen cazados por una “fotografía de un periodista, debéis decir que estáis allí por cualquier motivo, porque os da la gana o que estáis de paseo o por casualidad”. El objetivo final era tener controlado a Luis Bárcenas, a su mujer Rosalía Iglesias y al hijo de ambos Guillermo Bárcenas.
“No podéis llevar vuestros móviles. Actuaréis con teléfonos de la Policía”
Todos los agentes implicados se iban turnando distribuidos en seis equipos que operaban de dos en dos cada día para poder realizar un primer turno de mañana y otro de tarde. Y a todos ellos se les realizó la misma indicación: “No podéis llevar vuestros móviles. Actuaréis con teléfonos de la Policía”. La precaución tenía una explicación: que no se pudiese hacer un control de la posición de los agentes por medio del barrido de sus señales VTS.
Ni se ocultaba que se realizaba sin autorización judicial, ni se ocultaban nombres de los responsables implicados. Hasta el punto de que en alguna de las comunicaciones realizadas a los agentes se mencionó el nombre de “Mariano Rajoy” como interesado final en el dispositivo: como la persona que reclamaba en última instancia la recuperación de los documentos sensibles a los que había tenido acceso el ex tesorero del PP y que hacían referencia a altos cargos del partido como él mismo, Soraya Sáenz de Santamaría, Javier Arenas y María Dolores de Cospedal.
El control de sus labores de seguimiento era exhaustivo. Todos los días elaboraban un informe detallando los movimientos, cafés, reuniones, visitas, desplazamientos, comidas, etc. del ex tesorero a lo largo de la jornada. Y el premio se notó desde el primer día: cada tres días de seguimiento, se anotaban el cobro de una jornada adicional en concepto de dietas.