Un español abandonado por el Gobierno en Venezuela intenta reunir 6.000 € para ponerse un marcapasos
Un gallego de 50 años residente en Venezuela, Manuel López González, ha puesto en marcha una campaña para intentar reunir 6.000 euros con el fin de poder regresar a España e implantarse un sincronizador electrónico en el corazón, al verse abandonado por el Gobierno de Pedro Sánchez.
Tras sufrir un infarto que le obligó a abandonar su trabajo de informático, Manuel López recibió durante un año una prestación económica del Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social y atención sanitaria de la Fundación España Salud (FES), creada en 2006 por el ministro de Jesús Caldera para asistir a los españoles residentes en Venezuela.
Sin embargo, en enero de 2020 dejó de recibir esta ayuda y la Fundación España Salud se desentendió por completo de su problema. Los médicos le han dicho a Manuel López que su situación empeora por momentos y debe implantarse cuanto antes un dispositivo electrónico similar a un marcapasos, un resincronizador cardíaco.
Dado que la FES le ha retirado la ayuda y la sanidad pública es prácticamente inexistente en Venezuela, esta intervención quirúrgica le costaría más de 30.000 euros en una clínica privada de Caracas. Ante la dificultad de conseguir esta suma, Manuel intenta reunir ahora 6.000 euros mediante donaciones, para poder ser repatriado a España y someterse a la operación en nuestro país.
Le diagnosticaron mal el infarto
Manuel López nació en Sober (Lugo) en 1971 y, cuando tan sólo tenía tres meses, sus padres se trasladaron con él a vivir a Venezuela. Su padre trabajó allí, durante años, como mecánico en una fábrica de calzado.
En 2005 Manuel y su mujer, Katty, decidieron regresar a España y se instalaron en Monforte (Lugo), donde regentaron un bar durante tres años. Sin embargo, cuando la situación económica comenzó a deteriorarse por la crisis de 2008 cerraron el negocio y volvieron a Venezuela. Al igual que Manuel, Katty tiene la nacionalidad española, pues aunque nacida en Venezuela es hija de padres canarios.
Hace dos años, Manuel sufrió un infarto que en un principio le fue diagnosticado erróneamente. «Un viernes por la noche sentí un fuerte dolor en el pecho», explica a OKDIARIO, «cuando el lunes fui al médico, tras examinarme me dijo que tenía una hernia de hiato y me mandó a casa. Pero seguía sufriendo un dolor cada vez más intenso. Al cabo de 13 días, cuando ya no podía más, acudí a la clínica y allí me dijeron que habría sufrido un infarto que había causado más daños de los esperados».
Manuel tuvo que permanecer tres días ingresado, dos de ellos en la UCI. Los médicos le diagnosticaron una cardiopatía isquémica, que provoca que la sangre no llegue adecuadamente a su corazón, al tener tres arterias obstruidas. Al salir de la clínica tenía una fracción de eyección (FE) del 20%, cuando en un paciente sano es del 60% (este parámetro mide el porcentaje de sangre que bombea el ventrículo izquierdo del corazón cada vez que se contrae). En el último chequeo, realizado hace ya casi un año, estaba en el 25%.
Una ayuda de 360 euros al mes
Tras solicitar la ayuda en la Embajada de España en Caracas, el entonces director general de Migraciones del Ministerio de Trabajo, José Alarcón Hernández, le concedió en marzo de 2019 una prestación económica de 360 euros al mes por incapacidad. Esto le dio derecho, además, a percibir la atención sanitaria y farmacéutica de la Fundación España Salud (FES), en aquel momento presidida por el embajador Jesús Silva.
Esta última ayuda resulta especialmente valiosa, debido a la dificultad que existe en Venezuela para adquirir determinados medicamentos, que con frecuencia acaban comercializados en el mercado negro, por precios astronómicos en dólares.
La prestación económica gestionada a través de la Consejería de Trabajo de la Embajada se cobra mediante un cheque trimestral. Cobrar esta ayuda en euros es una garantía para los emigrantes españoles, ya que debido a la inflación galopante los bolívares son papel mojado: su valor se ve reducido en cuestión de horas.
Sin embargo, en enero de 2020 Manuel dejó de percibir la prestación económica y la atención sanitaria de la Fundación España Salud (FES). «Nos dijeron que el último reconocimiento médico había mostrado que mi estado es estable y ya no necesito ayuda médica», relata a OKDIARIO Manuel López, «pero ni me tomaron la tensión ni me hicieron un electrocardiograma. El médico se limitó a auscultarme con un estetoscopio. Nunca me mostraron su informe».
El Gobierno se niega a repatriarle
En cuanto a la prestación económica, después de que Katty acudiera varias veces a preguntar a la Consejería de Trabajo de la Embajada, en abril de 2020 le notificaron una resolución del Ministerio por la cual se le retiraba la ayuda con carácter retroactivo desde el mes de enero. Manuel López ha recurrido esta decisión ante un Juzgado de lo Contencioso de Madrid.
El cardiólogo que ha seguido atendiendo a Manuel indica que su estado de salud se deteriora por momentos, con riesgo de muerte súbita, y necesita implantarse un resincronizador cardíaco. Al quedarse sin ayudas, Manuel acudió a la Embajada para solicitar su repatriación a España, con el fin de ser atendido aquí por la sanidad pública.
La Embajada le comunicó entonces que no cumple ninguno de los requisitos previstos para que el Gobierno español pague su repatriación. Aunque es nacido en Galicia, hijo de padres gallegos, entre otros requisitos le pedían que acredite «arraigo» (es decir, que ha pasado más de la mitad de su vida en nuestro país) y que una persona se comprometa, mediante una declaración jurada ante notario, a hacerse cargo de él en España.
«Mi madre vive en Lugo y tiene más de 80 años, pero debido a la distancia tengo poca relación con ella y no puedo esperar que se haga cargo de mí», explica Manuel, «una vez haya podido operarme en España, mi intención es trabajar. Pero mi problema es de urgencia, porque el médico me dice que la operación no puede esperar».
Manuel y Katty han creado una página web, que se puede visitar en la siguiente dirección, para recaudar fondos con el fin de que pueda regresar a España para someterse a la intervención quirúrgica: