Una compañera de clase del depredador sexual: «Olía ropa interior de niñas en el vestuario»

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Juan Rivera Pascual. (OKD)

Juan Rivera Pascual, autor de “El Blog de Juanri” y en prisión provisional por agresiones sexuales “continuadas” a menores, ya tuvo “comportamientos extraños” en su época de estudiante. Según relata a OKDIARIO una compañera de clase que compartió con él dos cursos de la ESO, con 14 y 15 años, el arrestado le reconoció que «se colaba en el vestuario de las niñas pequeñas de primaria para oler su ropa interior».

Esta antigua compañera explica que en una de las ocasiones fue sorprendido a la salida del vestuario por sus propias compañeras. Le preguntaron qué hacía en ese vestuario y él contestó: “He entrado a oler las bragas de las niñas”. Posteriormente, el centro le expulsó unos días y el motivo no se llegó a esclarecer. El colegio no ha querido hacer declaraciones a este diario sobre su antiguo alumno. Años después, sus compañeras afirman que este hecho se les “ha quedado marcado”.

Juan Rivera Pascual se hacía llamar entre sus compañeros de colegio “morao”. Según su ex compañera, al presentarse dijo “me llamo Juan Rivera, pero llamarme morado, que es mi color favorito”. Tras conocerse la noticia de su detención, sus compañeros de colegio sólo se han sorprendido en parte porque aseguran, “era un personaje raro. Estaba cantado”. Según cuentan, estaba “muy obsesionado con la religión” y en ser “casto hasta el matrimonio”. 

Juan Rivera Pascual.
Juan Rivera Pascual.

Fue monaguillo en su pueblo y también catequista. Al parecer, fue expulsado en varias ocasiones por «conductas inapropiadas». La sombra de la sospecha planeó durante años sobre el acusado y muchas fueron las señales de alarma, sin embargo, nadie atajó el problema de raíz.

Bajo el pretexto de ser un «bloguero famoso» que serviría para promocionar sus centros escolares, accedió a los colegios, cerca de 74 en toda España, y estuvo en contacto durante horas con centenares de menores de todo el país. Aprovechaba las visitas para contactar con las madres, a las que luego escribía a través de las redes sociales o el wasap del móvil para concertar citas con la excusa de realizar un vídeo o tomar unas fotografías del menor para su blog.

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