El chófer traidor de Bárcenas: “El jefe está fatal, le están puteando en la cárcel, está hasta los huevos”
Las conversaciones entre Villarejo y el conductor de Bárcenas solían ser, al principio, a diario, y más tarde, semanalmente, aunque el chófer tenía libertad para hacerlo cuando el mensaje fuera urgente. La grabación en poder de OKDIARIO corresponde a una conversación telefónica de al día siguiente de la fiesta de Reyes. El ex tesorero del PP, según el topo policial, pasaba un mal momento, sobre todo porque eran las primeras Navidades que pasaba en la cárcel.
En esa época el comisario Villarejo era el único contacto policial con quien solía comunicarse. Sergio Ríos se esforzaba por hacer bien su trabajo porque ya le habían comunicado que, cuando concluyera el operativo contra Bárcenas, lograría su ingreso en la Policía.
Ríos, que había sido militar y conductor de otros políticos del Partido Popular por recomendación de Génova, disfrutaba de toda la confianza de la familia de Bárcenas. Como infiltrado policial proporcionó a Villarejo y García Castaño, según Asuntos Internos, información de gran valor y el acceso a los inmuebles del ex tesorero del PP.
El contenido de la grabación delata que Villarejo y Sergio Ríos han establecido una relación de confianza mutua. El topo se esfuerza para trasladarle todos los aspectos de la situación del ex tesorero en la cárcel de Soto del Real.
Villarejo (V) le pregunta:
–V: ¿Cómo ha ido eso?.
Y Ríos (R) le contesta exteriorizando su preocupación:
–R: El jefe está fatal. Según he hablado con los hijos está incluso agresivo…
-V: Sí…..
-R: Porque le están puteando mucho allí (en la cárcel de Soto). Por eso te decía yo que a lo mejor podíais mover una baza.
-V: ¿En qué sentido le están puteando… en qué sentido? Para pararlo y tal.
-R: Pues en la visita que ha tenido hoy de dos horas y pico le han interrumpido dos veces… Le han entregado unas zapatillas porque le han dicho que se las quitara. Le registran todo. Registros personales. Constantemente. Íntimos. Le revisan el chabolo (la celda) día sí y día no. Lo aíslan del resto de reclusos. Y está hasta los huevos.