El catalán que sigue preso por una denuncia falsa de los Mossos pide ayuda al Defensor del Pueblo

Raúl Maciá
Raúl Maciá lleva cuatro meses en la prisión de Cuatre Camins.

Los Servicios Penitenciarios de la Generalitat mantienen preso en la cárcel de Lledoners a Raúl Macià, el catalán que puso la bandera española en el Ayuntamiento de Balsareny, pese a que una juez de Manresa archivó hace ya 15 días la denuncia falsa de los Mossos d’Esquadra que le condujo a prisión.

Raúl Macià ha dirigido un escrito al Defensor del Pueblo y al juez de vigilancia penitenciaria, en el que les explica la situación que ha sufrido durante los seis meses que lleva en prisión por una denuncia falsa de los Mossos. Durante este tiempo, los responsables de la cárcel de Lledoners le han cambiado tres veces de módulo para evitar que se adapte.

Durante su estancia en el módulo 5, dos internos le agredieron y le rompieron la nariz. En el módulo 3 estuvo trabajando como responsable de la biblioteca, pero en ningún momento ha llegado a cobrar los 120 euros al mes que le correspondían por este trabajo para pagarse los gastos dentro de la prisión.

Los responsables del centro le obligaron a quitarse una camiseta, porque llevaba el dorsal 155, y no permiten que su familia le suministre ninguna prenda de vestir que lleve el emblema de España. Mientras tanto, «en el centro hay educadores e internos que llevan el lacito amarillo en el pecho por los presos políticos  y los propios educadores, en el taller de artes plásticas, hacen pintar a los internos murales con la estelada, entre otras cosas que atentan contra nuestra Constitución y contra nuestros derechos y libertades», relata.

«Persiguen a los constitucionalistas»

Según señala, cuando se quejó de estos hechos una educadora del centro le respondió: «Así está montado el sistema, qué le vamos a hacer… la injusticia española no permite votar por la independencia y tiene presos a los políticos catalanes».

«A los constitucionalistas catalanes se nos persigue y se nos reprime», explica Raúl Macià en su escrito, «resido en este centro con miedo y temor a que cualquier día puedan hacerme algún registro o cacheo y se inventen que yo tenga cualquier cosa ilegal, para dejarme aquí preso mucho más tiempo».

«Desde que estoy en prisión me hallo inmerso en una profunda depresión», añade, «me han distanciado de mi hija de nueve años, a la que casi no puedo ver, pues ella no desea ver a su padre en prisión y sólo ha venido a tres vis a vis en seis meses. De la noche a la mañana me dejaron sin nada; sin mi familia, sin mis animales, sin mi trabajo. Lo perdí todo y llevo seis meses viendo cómo todo empeora en lugar de solucionarse».

Los responsables de la cárcel de Lledoners también le han intervenido las llamadas telefónicas: le negaron la posibilidad de hablar por vídeoconferencia con el juez de vigilancia penitenciaria y sólo le permiten llamar a su abogada y a su hija, presentando antes una instancia por escrito. También le han impuesto una sanción, porque en un registro de la celda los funcionarios encontraron un teléfono móvil, pese a que su compañero de celda reconoció que era suyo.

Raúl Macià
Acuse de recibo del Defensor del Pueblo al escrito remitido desde prisión por Raúl Macià.

Los Servicios Penitenciarios de la Generalitat mantienen en prisión a Raúl Macià pese a que hace ya dos semanas, el pasado día 5, el Juzgado de Instrucción número 8 de Manresa les notificó que ha archivado la denuncia interpuesta por los Mossos d’Esquadra contra él, porque carecía de fundamento.

La Policía autonómica le acusaba de «reunión y manifestación ilícita», tras identificarle cuando recorría su pueblo, Balsareny, junto a su novia y otras parejas, acompañados por varios hijos pequeños. Ninguno de ellos portaba pancartas, ni insignias, ni coreó consignas políticas.

Dos mossos declararon ante la juez que pusieron en marcha este dispositivo policial porque tres concejales de ERC (entre los que se encuentra el actual alcalde, Isidre Viu) alertaron a la Comisaría de que un grupo de peligrosos «españolistas» tenía previsto reventar el desfile de antorchas que los independentistas de la ANC habían convocado en Balsareny el pasado 10 de septiembre, víspera de la Diada del 11-S.

«Una persecución ideológica»

En su auto, la juez descarta por completo que Raúl Macià y sus amigos tuvieran intención de boicotear el acto de los separatistas, pues recorrían el pueblo acompañados de sus hijos de corta edad, entre ellos un pequeño de 18 meses. Por lo tanto, la magistrada considera probado que la denuncia de los Mossos que ha conducido a Raúl Macià a prisión era falsa.

A petición de la abogada de Raúl, María Juher Layret, la juez también imputó a tres mossos que participaron en el operativo (entre ellos, un agente  independentista que es cuñado del alcalde de ERC) como autores de un presunto delito de coacciones, amenazas y contra la integridad moral de Raúl Macià.

Sin embargo, en el mismo auto del 5 de abril, la juez también ha archivado la causa contra los tres agentes, por considerar que aunque pudieron excederse en sus funciones, sólo pretendían evitar que se produjera un enfrentamiento entre los constitucionalistas y los independentistas (el desfile de antorchas de la ANC reunió a unas 700 personas).

La abogada María Juher ha presentado un recurso en el que pide a la juez que vuelva a imputar a estos tres agentes, por considerar que urdieron, junto a los tres ediles de ERC, «un plan preconcebido» y «una trama de persecución por razones ideológicas hacia los ciudadanos no separatistas de Balsareny, encaminada a coaccionarles para que se vayan del pueblo».

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