Iglesias se jactaba de «asesorar» a la dictadura venezolana de la que ahora intenta distanciarse
Pablo Iglesias, Juan Carlos Monedero, Íñigo Errejón y otros líderes de Podemos han alardeado durante años del prestigio académico que les daba haber trabajado como asesores del régimen chavista de Venezuela.
Los tres han concedido numerosas entrevistas a la televisión gubernamental TeleSur y han dedicado horas y horas de sus programas La Tuerka y Fort Apache a ensalzar la figura que Hugo Chávez, el presidente que tan generosamente remuneraba sus servicios.
Ahora que el Gobierno al que asesoraban ha arruinado la economía de su país y ha metido en la cárcel a los principales líderes de la oposición, los líderes de Podemos piden que no se mencione a Venezuela en el debate de la campaña electoral del 26J.
Y sobre todo, después de que medios de comunicación como OKDIARIO hayan puesto en evidencia la financiación millonaria destinada por Hugo Chávez y Nicolás Maduro a los líderes políticos que luego fundarían Podemos.
«Gigantesco Beiras, a mis colegas que asesoran en Venezuela, no cambio París por mi aldea», escribía Pablo Iglesias en la red social Twitter el 6 de octubre de 2012.
Gigantesco Beiras, a mis colegas que asesoran en Venezuela, no cambio París por mi aldea 😉 http://t.co/W9OryMy7
— Pablo Iglesias (@Pablo_Iglesias_) October 6, 2012
En aquel momento, un año y medio antes de fundar Podemos, Iglesias no sentía la necesidad de ocultar que varios de sus compañeros integrados en la Fundación CEPS estaban cobrando por supuestas labores de «asesoramiento» al Gobierno de Hugo Chávez.
Como ha informado OKDIARIO, el propio Hugo Chávez ordenó en 2008 pagar 6,7 millones de dólares a la Fundación CEPS, de cuyo patronato formaban parte los actuales líderes de Podemos.
Si se tiene en cuenta el dinero que ya había recibido CEPS desde 2002, el Gobierno de Venezuela habría destinado más de 7 millones de euros a la Fundación de cuyo patronato han formado parte Pablo Iglesias, Juan Carlos Monedero, Íñigo Errejón, Carolina Bescansa, Alberto Montero, Luis Alegre y otros miembros de la dirección de Podemos.
El propio ex ministro de Finanzas de Venezuela Rafael Isea ha confirmado estos datos ante la Policía española, en una declaración jurada que prestó el pasado mes de abril en el Consulado General de España.
Tras la muerte de Hugo Chávez, Isea cayó en desgracia ante Nicolás Maduro, por lo que decidió abandonar Venezuela para colaborar con la DEA, la Agencia antidrogas norteamericana.
Pablo Iglesias también presumió en septiembre de 2011 de sus vínculos con el régimen chavista: «En la Venezuela profunda manejando un dodge del 77», escribió en su perfil de la red social Twitter.
En la Venezuela profunda manejando un dodge del 77
— Pablo Iglesias (@Pablo_Iglesias_) September 3, 2011
Sólo en aquel ejercicio, 2011, la Fundación CEPS cobró casi 310.000 euros del Gobierno de Venezuela. La mayor partida, 231.900 euros, procedía del propio despacho de Presidencia ocupado en aquel momento por Hugo Chávez. CEPS también pescó otras partidas mediante convenios con el Banco Central de Venezuela y la Vicepresidencia del Gobierno.
Durante la colaboración que se ha prolongado desde 2002, la Fundación de los líderes de Podemos también se ha financiado mediante acuerdos con TeleSur (la televisión oficialista del régimen venezolano) y los ministerios de Salud, Trabajo y Comunicaciones de Venezuela.
El Dodge del 77 con el que Pablo Iglesias se paseaba mientras tanto por las carreteras de la «Venezuela profunda» ha sido durante las últimas décadas uno de los vehículos más populares de aquel país.
Se trata de un diseño original de Chrysler, que desde 1968 se fabricó en Valencia (Venezuela) en las versiones coupé y sport. En España el Dodge Dart se fabricó durante la segunda mitad de los años 70 en la factoría del grupo Barreiros Diésel en Villaverde (Madrid).
En sus informes de «asesoramiento», los miembros de la Fundación CEPS aconsejaban a Hugo Chávez tildar de «terroristas» a los líderes de la oposición, le daban recomendaciones sobre cómo cuidar su imagen pública e incluso le sugerían qué temas debía abordar en su programa de televisión Aló Presidente.