El ISIS reivindica el atentado

Tres terroristas palestinos asesinan a una policía israelí en la Puerta de Damasco de Jerusalén

Jerusalén
Hadas Malka, la policía israelí de 23 años asesinada por tres terroristas palestinos a cuchilladas en Jerusalén.

Una policía israelí ha sido asesinada a puñaladas este viernes al final del ayuno del Ramadán en la Ciudad Vieja de Jerusalén por terroristas palestinos. Los tres atacantes fueron posteriormente abatidos, según ha indicado la policía israelí.

«Una policía fue herida gravemente en un ataque en la puerta de Damasco», uno de los ingresos a la Ciudad vieja, indicó el portavoz de la policía israelí, Micky Rosenfeld, en un comunicado. «Tres terroristas árabes neutralizados por unidades de policía», agregó.

Unas horas después, la policía indicó que la uniformada, de 23 años, murió en el hospital por las heridas que sufrió.

El grupo terrorista autodenominado Estado Islámico (ISIS) ha reivindicado el atentado. De ser cierto, sería un salto en la estrategia de los yihadistas, que siempre han amenazado a Israel, pero nunca se han atrevido a atacar directamente, y menos en suelo israelí, intereses o personas del Estado judío.

Según la policía, dos terroristas dispararon contra un grupo de policías que replicaron, al mismo tiempo que otro hombre apuñalaba a la policía a unos metros del lugar, antes de ser ultimado a su vez.

Los médicos afirmaron que otras cuatro personas resultaron gravemente heridas en el ataque, dos levemente y dos moderadamente.

La jefa de la policía de Jerusalén, Yoram Halevy, indentificó a los tres atacantes como palestinos de Cisjordania, territorio palestino ocupado por el ejército israelí desde hace 50 años.

Los servicios de seguridad interior de Israel, el Shin Beth, afirmaron por su parte que los tres atacantes eran originarios de una localidad cercana a Ramala y que estuvieron implicados en el pasado en «actividades terroristas». Dos nacieron en 1998 y el tercero en 1999.

Un cuarto palestino originario de Hebrón (sur de Cisjordania ocupada), Amer Badaui, que fue presentado por las fuerzas de seguridad palestinas como uno de los atacantes, era en realidad un transeúnte herido por los disparos que obligó a su hospitalización, según la policía israelí.

El ataque ocurrió cuando decenas de miles de palestinos de Jerusalén este y Cisjordania ocupada realizaban oraciones en el sitio de la mezquita Al Aqsa, con motivo del tercer viernes del mes de ayuno sagrado musulmán del Ramadán.

El movimiento islamista Hamas, que controla la franja de Gaza, ha celebrado este ataque como «una prueba de la revolución de los palestinos contra el enemigo».

Israel distendió las restricciones de ingreso a Jerusalén de los palestinos de Cisjordania para el mes de ayuno del ramadán. Pero «gran cantidad de jóvenes [palestinos] ingresan [a Israel] sin permiso, aprovechan del Ramadán para estar en Jerusalén», declaró Halevy a la prensa en el lugar del ataque.

Los Territorios palestinos e Israel viven una ola de violencia que ha causado la muerte desde el 1 de octubre de 2015 de 272 palestinos, 41 israelíes, dos estadounidenses, dos jordanos, un eritreo, un sudanés y una británica, según balance de la AFP.

La mayoría de los palestinos muertos son terroristas anti-israelíes, la mayor parte cometidos con arma blanca por jóvenes aislados.

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