Los talibanes en la antesala de Kabul: toman Mazar-e Sharif mientras occidente acelera la evacuación

Afganistán
En la imagen, militares afganos.
Diego Buenosvinos
  • Diego Buenosvinos
  • Especialista en periodismo de Salud en OKDIARIO; responsable de Comunicación y Prensa en el Colegio de Enfermería de León. Antes, redactor jefe en la Crónica el Mundo de León y colaborador en Onda Cero. Distinguido con la medalla de oro de la Diputación de León por la información y dedicación a la provincia y autor de libros como 'El arte de cuidar'.

Los talibanes han completado este sábado la conquista de la ciudad de Mazar-e Sharif, capital de la provincia de Balj, lo que supone dominar la zona norte de Afganistán y un golpe clave en sus ambiciones de hacerse con todo el país.

El Gobierno que dirige Ashraf Ghani ha visto como en una semana, la insurgencia ha avanzado de manera irreversible hacia Kabul no pudiendo hacer frente al avance de los talibanes. El pasado jueves lograban la toma de las ciudades Herart y Kandahar y este viernes Qalat, Terenkot, Pul-i-Alam, Feruz Koh, Qala-i-Naw (la antigua capital de la provincia española de Badghis) y Lashkar Gah.

La capital de Helmand forma parte del mayor centro de cultivo de opio del país, por lo que es un bastión primordial para los insurgentes. En el caso de Mazar-e Sharif, es una de las ciudades más pobladas de Afganistán y se había convertido durante estos últimos días en un símbolo de resistencia frente a una insurgencia que, en apenas una semana, se ha hecho con el control de dos terceras partes de las regiones del país.

Sin embargo, la mayoría de victorias se producen sin apenas combates, lo que convierte el avance insurgente en un paseo triunfal hasta alcanzar la ansiada capital, Kabul.

El portavoz de los talibán, Zabihulá Muyahid, ha reivindicado los avances sobre Mazar e Sharif, asegurando que los milicianos ya controlan las sedes de las principales instituciones administrativas y de seguridad.

La ofensiva talibán coincide con el repliegue de fuerzas internacionales, pero los gobiernos implicados se han limitado en las últimas a gestionar la salida de sus funcionarios y otros ciudadanos. Estados Unidos ha movilizado a 3.000 militares con este fin.

El presidente norteamericano, Joe Biden, ha mantenido una videoconferencia este sábado con los principales responsables de seguridad nacional para hablar de estas evacuaciones y «analizar la actual situación de seguridad», según fuentes de la Casa Blanca.

Posibilidad de Amnistía 

A través de un comunicado los islamistas han anunciado una amnistía para quien haya cooperado con el Gobierno de Kabul o EE.UU. Así aseguran que «no desperdicien esta oportunidad de oro, entréguense y trabajen con el emirato islámico para la reconstrucción del amado Afganistán. Las personas que han realizado algún tipo de trabajo en el Gobierno durante los últimos 20 años no deben tener miedo de los talibanes. Todos los vemos como hermanos. Dejemos de oponernos y vivamos una vida cómoda».

Con los talibanes a las puertas de Kabul  y con las principales potencias como Reino Unido o Estados Unidos desplegando a sus tropas para evacuar tanto a los trabajadores de las embajadas como a sus respectivos ciudadanos, el presiente del afgano ya ha señalado que permanecerá firme «ante los terroristas». En Kabul la sensación es de abandono y terror ante la entrada de los insurgentes ya en puertas de la ciudad.

Respuesta contundente 

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha amenazado a los talibán con una respuesta «rápida y contundente» si atacan intereses norteamericanos en su actual campaña militar, en el marco de la cual Washington mantiene abierta una campaña de evacuación de funcionarios en la que participarán 5.000 militares estadounidense, 2.000 más de los autorizados inicialmente por la Casa Blanca.

El mandatario estadounidense, que esta semana dijo no haberse «arrepentido» de sacar a las tropas, ha autorizado ahora que unos 5.000 militares gestionen la salida «ordenada y segura» del personal estadounidense y otros aliados, así como de los afganos que hayan ayudado durante la misión que está a punto de concluir, 20 años después de la invasión. «Estamos trabajando para evacuar a miles que han ayudado a nuestra causa y a sus familias», ha aseverado en un comunicado.

Estados Unidos, según Biden, seguirá vigilante ante «futuras amenazas terroristas» procedentes de Afganistán, lo que incluye también un aviso claro a los talibán: «Cualquier acción por su parte y que ponga en riesgo a nuestro personal o nuestra misión recibirá una respuesta militar rápida y contundente».

Así se lo han trasladado representantes norteamericanos a la delegación talibán enviada a Doha (Qatar), escenario de unas negociaciones que por ahora no han ofrecido garantías de paz a los afganos.

El legado afgano

Biden ha querido exponer también en su nota «cómo hemos llegado hasta aquí», dejando claro que, pase lo que pase, con él se cierra «la guerra más larga». En este sentido, ha recordado que ya son cuatro los presidentes que han ocupado el Despacho Oval con la guerra de Afganistán encima de la mesa. «No se lo pasaré a un quinto», ha apostillado.

El presidente estadounidense cree que, con casi un billón de dólares invertidos en esta guerra, y tras la formación de 300.000 militares y policías afganos, es el momento de salir de Afganistán. En su opinión, «un año más o cinco años más de presencia no marcarían ninguna diferencia si el Ejército afgano no controla su propio país».

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