Starmer tras ganar las elecciones: «La gente ha hablado en todo el país y está lista para el cambio»
Keir Starmer compareció públicamente pasadas las 4 de la mañana peninsulares, una hora menos en el Reino Unido, como candidato ganador en su distrito electoral de Holbron y St. Pancras, horas después de que los sondeos a pie de urna le señalaran como claro vencedor de las elecciones de este 4 de julio en el Reino Unido. El nuevo premier electo afirmó que «la gente ha hablado esta noche aquí y en todo el país y está lista para el cambio. Habéis votado. Ahora nos toca a nosotros dar resultados».
Starmer compareció sonriente, acompañado de su mujer y rodeado de simpatizantes, amén de los otros candidatos en su circunscripción, entre ellos un Elmo, personaje de Barrio Sésamo, que logró 19 votos, en la clásica tradición británica de dar pábulo a todo tipo de aspirantes extravagantes. El laborista se comprometió a «servir a todas las personas» hayan votado por él o no. «Hablaré en vuestro nombre, os respaldaré, lucharé de vuestro lado cada día», agregó tras conocer los resultados de la votación, que le colocaron ampliamente en primera posición, por encima de un candidato independiente y de los Verdes. Justo a las 6 de la mañana peninsulares, cuando superó el umbral de la victoria matemática por mayoría, compareció para ofrecer su discurso de vencedor, celebrando «el cambio» y prometiendo «trabajar para la clase trabajadora», subrayando en varias ocasiones que «primero estará el país y luego, el partido». Una media hora antes, el premier saliente Rishi Sunak, reconoció su derrota tras haber felicitado por teléfono a Starmer.
Keir Starmer ha recuperado el poder para el Partido Laborista tras 14 años de gobiernos conservadores, sucediendo a Gordon Brown y siendo el primer líder de su partido en ganar unas elecciones británicas desde que Tony Blair lo hiciera en 2005. Blair, no obstante, se mantiene como el laborista más votado desde que en 1997 lograse 417 parlamentarios. Ningún otro miembro del Labour se ha acercado jamás a estos guarismos.
Con estos resultados, el Partido Laborista pone fin a una travesía por el desierto tras años acumulando malos resultados. Ni el mencionado Brown, ni Ed Miliband, ni el izquierdista Jeremy Corbyn tuvieron jamás opciones reales de aspirar a la victoria. La época de Corbyn representó el punto más bajo en la historia reciente para el Partido Laborista, que apostó por un candidato que escorase a la extrema izquierda a su partido en la línea de los populismos que surgían en Europa como el Movimiento Cinco Estrellas italiano o el Podemos español, o Bernie Sanders, la izquierda de la izquierda en el Partido Demócrata estadounidense que trató, sin éxito, de ser candidato presidencial en 2016 y 2020. Tras acumular fracasos, y tras incluso suspender de militancia a Corbyn por su tenebrosa permisividad con el antisemitismo, el Partido Laborista apostó por un Starmer con una imagen más moderada y pragmática que se ha demostrado exitosa ante el hundimiento de los tories.
Huelga decir que, a pesar de que Keir Starmer fuera en su día un enemigo del Brexit, hizo campaña en su contra antes del referéndum, la posibilidad de revertir aquel episodio no está remotamente sobre la mesa. El Partido Laborista pasó página y apuesta por gestionar la nueva realidad británica sin reabrir esa puerta.
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