Rusia y la UE

Putin endurece su guerra cibernética contra el núcleo duro de la OTAN: Alemania, Reino Unido y Francia

Alemania denuncia ciberataques rusos apenas 24 horas después de que el secretario general de la OTAN alertara del Kremlin

Los sabotajes y ataques cibernéticos alcanzan también a Polonia y a Austria, que no es miembro de la OTAN pero sí país 'amigo'

Putin guerra Europa
Roberto Pérez
  • Roberto Pérez
  • Periodista y licenciado en Ciencias Políticas. Especialista en sector público, economía política y presupuestaria, e instituciones político-administrativas. Trabajó para Agencia Efe y Cope, ejerció durante más de 20 años en ABC -etapa que incluyó el ejercicio temporal de la corresponsalía de Nueva York- y actualmente es subdirector de OKDIARIO.

Vladímir Putin ha endurecido en el último año sus ciberataques y sabotajes contra países del núcleo duro de la OTAN en Europa, estratégicos en la defensa común de la Alianza Atlántica frente a un Kremlin que ha perdido cualquier reparo en su estrategia contra las democracias del Viejo Continente. Este viernes, Alemania ha denunciado directamente al régimen ruso de haber desplegado una potente campaña de ciberataques, desinformación y sabotajes contra el país germano. Apenas 24 horas antes, el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, urgió a los Estados miembros de la Alianza Atlántica a reforzar sus estructuras defensivas porque «somos el próximo objetivo» de Putin tras la guerra que mantiene desde principios de 2022 contra Ucrania. Rutte también ha avisado a España ante la negativa de Sánchez a afrontar este reto de inversión en defensa.

La denuncia alemana de este viernes se produce después de que haya constatado que Putin ha subido un escalón más en su belicista estrategia. Ninguno de los países de la OTAN que ha denunciado ciberataques rusos ha negado que se tratan de un acto de guerra en toda regla, una ofensiva militar no convencional, silenciosa pero que busca un doble objetivo: poner a prueba la capacidad rusa para lanzar la llamada guerra híbrida; testear si la OTAN realmente está unida para encarar no sólo su defensa ante estos ataques sino para articular una respuesta del mismo nivel contra Rusia; y, entre tanto, ir desgastando los sistemas democráticos del occidente europeo mediante campañas de desinformación, injerencias en procesos electorales y sabotajes cibernéticos.

Ofensiva contra Polonia

De momento, aparentemente, la OTAN sigue sin dar una respuesta en bloque a esta ofensiva de Putin. EEUU sigue insistiendo a sus socios europeos de la Alianza Atlántica para que aumenten su gasto en defensa ante lo que ya no es una amenaza creciente de Rusia sino una realidad constatada por los servicios de inteligencia de los propios países que están recibiendo los ataques cibernéticos de Rusia. Más aún, Polonia alertó hace escasas semanas que lo que está haciendo el Kremlin son «preparativos de guerra».

El Gobierno afincado en Varsovia vigila muy de cerca los pasos de Putin, porque se sabe en la diana. Da fe de ello la violación, hace tres meses, de su espacio aéreo por parte de Rusia.

Polonia es uno de los países más vulnerables al compartir frontera con la belicosa Rusia de Putin y estar en el punto de mira de los afanes expansionistas del antiguo espía soviético, hoy inquilino del Kemlin, que añora el viejo imperialismo de la desaparecida URSS. Escasos meses antes, en mayo de este mismo año, el Gobierno polaco denunció un «intento sin precedentes» del régimen ruso para manipular las elecciones en ese país.

Alemania: «Acciones inadmisibles»

El Gobierno alemán convocó este viernes al embajador ruso en Berlín, Serguéi Necháyev, para exigirle explicaciones y notificarle una queja oficial después de que los servicios secretos germanos hayan identificado al régimen ruso como autor de un grave ciberataque para perturbar el control del tráfico aéreo en Alemania en 2024 y una campaña de desinformación en las fechas previas a las elecciones generales del pasado febrero.

«Rusia amenaza nuestra seguridad, no sólo con su guerra de agresión contra Ucrania, sino también aquí, en Alemania. Por ello, esta mañana hemos convocado al embajador ruso al Ministerio de Exteriores y le hemos dejado claro que observamos muy de cerca lo que hace Rusia y que tomaremos medidas al respecto», ha dicho este viernes el portavoz de la diplomacia germana, Martin Giese. «Las acciones inadmisibles de Rusia tienen consecuencias», ha subrayado Giese.

Ciberataques en Reino Unido

Llueve sobre mojado en suelo de la OTN. El pasado mes de julio, el Gobierno británico acusó a los servicios militares de inteligencia de Rusia, el GRU, de un ataque crítico contra la seguridad nacional del Reino Unido. El británico Centro Nacional de Seguridad Cibernética –NCSC por sus siglas en inglés– detectó un depurado virus informático, un malware desarrollado por los servicios de inteligencia de Putin que introdujeron en redes gubernamentales del Reino Unido. Y en noviembre de 2024, el jefe de la Inteligencia británica acusó al Kremlin de haber realizado sabotajes, ataques cibernéticos y campañas de desinformación contra su país y otros socios europeos de la OTAN.

Francia también es otro de los objetivos del belicista Putin, otro escenario en el que despliega su guerra cibernética. Así, en abril de este mismo año el Gobierno galo denunció que «la Inteligencia rusa lleva años lanzando sucesivos ataques e intentos de sabotaje, desinformación y guerra híbrida contra personalidades e instituciones francesas».

Francia, Reino Unido y Alemania son las tres primeras potencias militares europeas de la OTAN. De ahí que Putin ponga especial esmero en diseñar campañas contra estos países, a la par que intensifica sus acciones de desinformación, sabotajes y ciberataques contra países situados en su entorno de vecindad, caso de Polonia, de las repúblicas bálticas y de Ucrania, donde todo parece indicar que la guerra desplegada por Rusia se asoma a un acuerdo de paz que pasará, forzosamente, por ceder territorio ucraniano al gigante del Este.

Austria, también en la diana de Putin

Austria también está en el entorno de vecindad de Rusia. No comparte frontera con el país que dirige el ex espía Putin, pero ocupa una posición estratégica para sus aspiraciones. No pertenece a la OTAN, pero de facto es un cooperador de la Alianza Atlántica, un país amigo.  Y Austria también es escenario de estos peligrosos juegos de guerra desplegados por el Kremlin.

El pasado mes de marzo, el Gobierno austriaco acusó a los servicios de inteligencia de Rusia de haber desplegado una gran campaña de desinformación en este país para dañar entre los ciudadanos la imagen de sus fuerzas militares y de seguridad, e intoxicar a la sociedad austriaca contra Ucrania.

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