Relaciones europeas

Merz se va a ver a Macron por sorpresa para reactivar el eje franco-alemán ante el huracán Trump

El eje franco-alemán es la alianza estratégica entre ambos países para liderar iniciativas comunitarias

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Macron y Merz en la visita sorpresa del alemán a París. (Foto: Friedrich Merz)
María Ruiz
  • María Ruiz
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El líder de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) de Alemania, Friedrich Merz, probable futuro canciller del país tras la elecciones del pasado domingo, ha viajado por sorpresa este miércoles a París para reunirse con el mandatario francés Emmanuel Macron y tratar de rehabilitar el a veces maltrecho eje franco-alemán.

Merz ha realizado su primer viaje internacional, invitado por Macron, y ha señalado la urgencia de reactivar el eje franco-alemán en medio del rápido deterioro de las relaciones transatlánticas por las imposiciones arancelarias y en defensa del presidente norteamericano, Donald Trump, y sus negociaciones bilaterales con Rusia para negociar la paz en Ucrania. El alemán ha destacado su buena sintonía con mandatario francés.

Para Emmanuel Macron, recién llegado de su viaje a Washington y su reunión con Trump, parece importante integrar ya al futuro canciller alemán en la diplomacia europea de crisis. Merz, que ha publicado una foto de ambos en su cuenta de redes, ha agradecido a Macron «la amistad y la confianza en las relaciones franco-alemanas». «Juntos, nuestros países pueden lograr grandes cosas para Europa», ha agregado el conservador alemán.

Qué es el eje franco-alemán

Se conoce como eje franco-alemán a la alianza estratégica entre Francia y Alemania, clave para liderar iniciativas comunitarias. Tiene sus raíces en la posguerra de la Segunda Guerra Mundial, cuando ambos países, históricamente enfrentados, decidieron cerrar un ciclo de conflictos que marcó a Europa entre 1870 y 1945. El Tratado del Elíseo, firmado en 1963 por el presidente francés Charles de Gaulle y el canciller alemán Konrad Adenauer, estableció una cooperación estrecha en política, economía, defensa y cultura. Este pacto no sólo selló la reconciliación, sino que impulsó la creación de lo que hoy es la Unión Europea.

Desde entonces, el eje franco-alemán ha sido clave para liderar iniciativas comunitarias, como la unión monetaria con el euro o las políticas de ampliación de la UE:

  • Francia aporta su visión centralizada y su peso diplomático.
  • Alemania ofrece su potencia económica y su enfoque pragmático.

Sin embargo, no está exento de fricciones: diferencias sobre gasto público, defensa común o relaciones con potencias como Estados Unidos y Rusia han generado tensiones. A pesar de ello, la coordinación entre París y Berlín sigue siendo esencial para la estabilidad europea, influyendo en decisiones que afectan a los 27 miembros y más allá. Es un equilibrio de poder y compromiso con el que definir el rumbo del continente.

Deterioro del eje franco-alemán

El deterioro se aceleró notablemente desde 2021, con la guerra en Ucrania y las crisis políticas internas. Aunque la relación no está rota, ha perdido la fluidez que tuvo en décadas pasadas, como bajo Helmut Kohl y François Mitterrand. Ahora, con Merz en Alemania, hay esperanzas de un reinicio, pero a fecha de hoy, el eje sigue en un punto bajo, según reflejan analistas y medios recientes.

A pesar del último enfriamiento, el deterioro del eje franco-alemán no tiene una fecha única y precisa, sino que ha sido un proceso gradual marcado por varios momentos clave, especialmente desde principios del siglo XXI. Medios de comunicación europeos como Le Monde, Der Spiegel o Financial Times, han señalado los últimos años los siguientes puntos críticos en su debilitamiento:

  • Era post Merkel y llegada de Scholz (2021): La salida de Angela Merkel como canciller alemana en 2021 marcó un cambio. Durante sus 16 años en el poder, mantuvo una relación estable con varios presidentes franceses, incluidos Nicolas Sarkozy y Emmanuel Macron. Con su sucesor Olaf Scholz, la dinámica cambió. La falta de química personal entre Scholz y Macron, sumada a estilos de liderazgo distintos -Scholz más reservado y pragmático, Macron más ambicioso y teatral-, comenzó a evidenciar tensiones. Esto se notó en la falta de coordinación en temas como la energía y la defensa.
  • Guerra en Ucrania (2022): La invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022 expuso desacuerdos profundos. Mientras Macron abogaba por una postura más activa y una «autonomía estratégica» europea, Scholz fue criticado por su cautela inicial en el envío de armas y su enfoque en proteger la economía alemana, dependiente del gas ruso. Decisiones como la compra de equipos militares estadounidenses por parte de Alemania, en lugar de invertir en proyectos conjuntos con Francia, irritaron a París.
  • Crisis internas (2023-2025): En los últimos años, ambos países han enfrentado problemas domésticos que han debilitado su capacidad de liderar juntos. En Francia, la inestabilidad política tras las elecciones legislativas de 2024 y el avance de la derecha de Marine Le Pen han limitado la autoridad de Macron. En Alemania, la coalición de Scholz colapsó en 2024, llevando a elecciones anticipadas en febrero de 2025, donde Friedrich Merz asumirá el poder. Esta transición ha añadido incertidumbre a la relación bilateral.
  • Divergencias económicas y estratégicas: Desde la crisis del euro (2009-2012), las visiones económicas han chocado: Francia busca más inversión y deuda común, mientras Alemania prioriza la disciplina fiscal. En temas como el comercio con China o las tarifas a vehículos eléctricos, las posturas opuestas -Francia más proteccionista, Alemania más abierta- han agudizado las diferencias.

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