Gestión de desastres

Lecciones de la Agencia Federal de Gestión de Emergencias de EEUU para Valencia

FEMA se diseñó para centralizar las funciones de gestión de desastres

DANA
Trabajos de desescombro en la provincia de Valencia.

La Agencia Federal para la gestión de Emergencias, comúnmente conocida como FEMA, ha sido una parte integral del sistema de gestión de desastres en los Estados Unidos durante décadas. Creada para coordinar la respuesta del gobierno a desastres naturales y provocados por el ser humano, FEMA tiene una historia compleja marcada por éxitos notables y críticas significativas de las que deberíamos de ser capaces de aprender y mejorar la gestión de las cada vez mas comunes desastres naturales.

FEMA se estableció oficialmente mediante una orden ejecutiva firmada por el presidente Jimmy Carter en 1979. Antes de la creación de FEMA, la respuesta a desastres en los Estados Unidos estaba fragmentada, con varias agencias federales manejando diferentes aspectos de la gestión de emergencias. Este sistema fragmentado a menudo conducía a demoras, ineficiencias y confusión durante las crisis. La necesidad de un enfoque unificado y cohesivo se hizo evidente después de que numerosos desastres de gran escala en el siglo XX, como huracanes, inundaciones y accidentes industriales, expusieran las deficiencias del sistema de respuesta federal.

El catalizador para la creación de FEMA fue la comprensión de que un enfoque integral de todos los peligros era necesario para mejorar la preparación y la respuesta a desastres. FEMA se diseñó para centralizar las funciones de gestión de desastres, que incluían la preparación para desastres naturales, la coordinación de esfuerzos de respuesta y recuperación, y la provisión de ayuda a las comunidades afectadas.

FEMA se creo sin un interés partidista y solamente con la ambición de gestionar mejor los desastres y emergencias. La complejidad de cada emergencia que puede requerir de la asistencia de diferentes fuentes de conocimiento de diversas agencias estatales definió que el mando de la gestión tenia que estar centralizado y gestionado por personas con un perfil mas técnico que político. Como veremos más adelante, cuando el perfil del mando cambio a mas político bajo claramente la eficacia de la gestión de la emergencia.

FEMA ademas de tener su propio equipo de gestión que se desplaza a las zonas de emergencia se apoya en todos los servicios públicos de seguridad del país, policía, ejército, bomberos….. y también en una red de miles de voluntarios que pueden estar vinculados directamente a FEMA o debajo de las estructuras de seguridad de cada ciudad o estado.

En mi experiencia en el cuerpo de voluntarios de los Guarda Costas Americanos, (rama militarizada a diferencia de otros países), lo primero que te hacen estudiar al entrar es aprobar los cursos de los sistemas de gestión en cada caso de emergencias y el curso de los protocolos de comando de FEMA por si tus servicios son requeridos en una emergencia que sepa toda la cadena de mandos profesionales o voluntarios a quien reportar y que hacer.

Es reconfortante ver los miles de voluntarios ayudando en la emergencia de Valencia pero también lo triste de que sus esfuerzos sin una gestion profesional se diluye y no es lo eficaz que debería.

A lo largo de los años, FEMA ha sido puesta a prueba en numerosas emergencias de alto perfil. Su reputación ha sido moldeada tanto por respuestas eficaces como por fallos muy publicitados.

Éxitos

1. Respuesta al Huracán Andrew (1992): El Huracán Andrew fue una de las tormentas más devastadoras que golpeó a los Estados Unidos, afectando gravemente a Florida y la Costa del Golfo. Aunque FEMA enfrentó críticas iniciales por los tiempos de respuesta lentos, las lecciones aprendidas del huracán llevaron a mejoras significativas en los protocolos de respuesta de la agencia. Estos cambios incluyeron una mejor planificación logística y una cooperación mejorada con las autoridades locales y estatales.

2. Respuesta Posterior al 11-S (2001): Tras los ataques terroristas del 11 de septiembre, a FEMA se le asignó la tarea de coordinar la respuesta federal y ayudar en los esfuerzos de recuperación. Este esfuerzo demostró la capacidad de FEMA para adaptar sus capacidades a desastres provocados por el ser humano y subrayó su importancia en la gestión de emergencias nacionales.

3. Huracán Sandy (2012): La respuesta de FEMA al Huracán Sandy fue vista como más eficaz en comparación con desastres anteriores. La agencia trabajó estrechamente con los gobiernos estatales y los funcionarios locales, proporcionando ayuda y coordinando esfuerzos de recuperación con mayor eficiencia.

Fracasos

1. Huracán Katrina (2005): La respuesta al Huracán Katrina se considera a menudo el mayor fracaso de FEMA. La tormenta devastó Nueva Orleans y áreas circundantes, abrumando los recursos y capacidades de FEMA. La respuesta lenta de la agencia, la mala gestión y la falta de coordinación con los gobiernos estatales y locales fueron ampliamente criticadas. La falta de preparación, los sistemas de comunicación desactualizados y la burocracia contribuyeron a la incapacidad de FEMA de proporcionar una asistencia adecuada durante este período crítico.

2. La Pandemia de COVID-19 (2020): Aunque FEMA desempeñó un papel en la coordinación de cadenas de suministro y la distribución de equipos de protección personal (EPP) durante la crisis de COVID-19, la respuesta de la agencia fue vista por algunos como fragmentada y reactiva en lugar de proactiva. La escala sin precedentes de la pandemia puso a prueba la capacidad de FEMA para manejar emergencias de salud pública a largo plazo.

FEMA fue estructurada inicialmente como una agencia independiente, pero su estatus cambió tras los ataques del 11 de septiembre de 2001. En 2003, FEMA se convirtió en parte del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) como parte de un esfuerzo por centralizar la seguridad nacional y la respuesta a desastres bajo un solo departamento. Esta reestructuración cambió la posición de FEMA, haciéndola más susceptible a la supervisión política.

El liderazgo de FEMA ha sido criticado en ocasiones por estar políticamente designado en lugar de seleccionarse en base a la experiencia en gestión de emergencias. Casos destacados, como el mandato de Michael Brown durante el Huracán Katrina, subrayaron los riesgos de designar líderes que pueden no tener experiencia suficiente en gestión de desastres. La gestión de Brown durante Katrina alimentó la percepción pública de que la lealtad política, más que la competencia, podía influir en los principales roles de FEMA.

El presupuesto de la agencia lo determinan el Congreso y el Poder Ejecutivo, lo que puede llevar a luchas políticas por la financiación. Esta dependencia significa que, en algunos casos, FEMA puede tener que navegar prioridades políticas que influyen en sus capacidades operativas.

A pesar de los desafíos políticos, FEMA ha avanzado hacia el mantenimiento de una independencia operativa a través de un grupo de funcionarios públicos dedicados y expertos en desastres que ejecutan las políticas con profesionalismo. Programas como el Sistema Nacional de Manejo de Incidentes (NIMS) y asociaciones con gobiernos estatales y locales han ayudado a FEMA a fortalecer su resiliencia operativa. Además, el Congreso ha promulgado diversas leyes para otorgar a FEMA más autoridad y flexibilidad durante emergencias, como la Ley Stafford, que permite al presidente proporcionar asistencia federal durante desastres importantes.

El papel de FEMA en la gestión de emergencias en los Estados Unidos ha evolucionado significativamente desde su creación en 1979. Si bien ha demostrado su capacidad para responder de manera efectiva a desastres, también ha sido objeto de críticas por fracasos notorios. La integración de la agencia en el DHS ha traído tanto oportunidades de coordinación como desafíos relacionados con la influencia política. A medida que la frecuencia e intensidad de los desastres continúan aumentando debido a factores como el cambio climático, el futuro de FEMA probablemente dependerá de su capacidad para adaptarse y mantener un enfoque operativo que priorice la experiencia y la eficiencia sobre las consideraciones políticas.

La intolerable pérdida humana y la económica (se calcula que en el 2024 la perdida económica directamente asociada a los desastres naturales entre enero y junio es de más de $120 billones de dólares en todo el mundo) debería de poner en la agenda de todos los partidos políticos la creación de una estructura que pueda gestionar el antes, durante y después de una emergencia dotándola de una gestión profesional y un presupuesto acorde.

Roger Huguet es Miembro del United States Coast Guard Auxiliary (2015-2018). Recipiente de la Medalla al Merito en Operaciones (2017)

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