«Intenté sujetar a mi marido entre mis brazos, vi que había sangre y creo que empecé a gritar»

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Velas en el lugar de los atentados de París

Ángela Reina es la viuda, desde hace tres días, de Juan Alberto González, el único español muerto en la sala Bataclan de París.

Hasta la capital francesa se han trasladado las dos familias para acompañarla hasta que se haga efectiva la repatriación del cuerpo de Alberto, aunque «a día de hoy no nos han dicho fecha», asegura una de las mejores amigas de Ángela.

La madre de Alberto fue la primera en llegar en el primer vuelo autorizado para aterrizar en el país galo, a continuación, se sumaron el resto de las familias.

La amiga de Ángela asegura que «no estuvo herida en ningún momento» y que «es especialmente doloroso para ella leer cosas como que no estaba con su marido en el momento del atentado o que fue de las primeras en salir huyendo del local», y añade «estuvieron juntos hasta que la policía la obligó a salir».

Por todos estos motivos ha reunido fuerzas para contar, en primera persona, lo que realmente ocurrió en el interior de Bataclan:

«Escuché los disparos y todos nos tiramos al suelo. Nosotros estábamos por el centro de la sala, un poco a la izquierda.

Antes de los disparos, Juan Alberto estaba delante de mí por lo que al tirarnos al suelo, mi cabeza quedó cerca de sus piernas.

Instintivamente, yo trataba de cubrirme la cabeza. En ese momento no sabía dónde estaba él pero estoy segura de que él sí sabía dónde estaba yo porque movió sus piernas para que mi cabeza quedara debajo de él.

Me intentó proteger, estoy segura. Además al rato él se incorporó y, sentado, me tocó, me dijo algo que no pude entender, creo que dijo mi nombre, y le vi como mareado, me incorporé y me deslicé hacia él, intenté sujetarlo entre mis brazos, vi que había sangre y creo que empecé a gritar, eso no lo recuerdo bien.

A continuación, volvió a haber disparos por lo que volvimos a tumbarnos en el suelo, me quedé tumbada en su pecho.

Hubo un momento en el que alguna gente se levantó y corrió pero Juan Alberto no se podía mover, estaba inconsciente por lo que no podíamos irnos. Me quedé con él hasta que llegó la policía. Me dijeron que teníamos que salir pero les dije que mi marido no se podía mover, que no me contestaba, me dijeron otra vez que me tenía que ir fuera, que si no salíamos los servicios de emergencia no podían intervenir.

Nos llevaron fuera, a la calle y a un patio. Y no me dejaron volver. No me dejaban volver…

Una chica, Claire, se llamaba, me dijo que me tranquilizara, que ya le habrían metido en la ambulancia y que le estarían curando y me ayudó a lavarme».

Ésta es la carta que la viuda de Juan Alberto Gómez ha escrito de su propio puño y letra. Ángela Reina, de tan sólo 33 años, ha vivido este fin de semana el que, sin duda, será el momento más terrible de su vida.

Ella y Juan Alberto eran dos de los espectadores del concierto que se estaba celebrando en la sala Bataclan de París, cuando varios terroristas sembraron el terror asesinando a 89 personas, entre ellas, Juan Alberto. Angela ha querido, con esta misiva, narrar lo que pasó en aquella sala, aquella noche….

A Ángela le duele especialmente no haber podido entender lo que fueron las últimas palabras de Juan Alberto, cree que dijo su nombre, pero no está segura, el miedo y el ruido de las explosiones lo hicieron imposible.

Lo que sí recordará para siempre es la mirada, esa última mirada con la que, seguro, se dijeron mucho más que con palabras.

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