EEUU

Quién es el magnate multimillonario que abre los monederos de las petroleras para Trump

Harold Hamm ha conseguido que el dinero haya llegado a raudales a la campaña de Donald Trump

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Donald Trump y su amigo el magnate del petróleo Harold Hamm.
María Ruiz
  • María Ruiz
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En Estados Unidos hay un magnate petrolero que tiene la labor de conseguir 1.000 millones de dólares del sector para la campaña presidencial de Donald Trump: se trata de Harold Hamm, el fundador y propietario de la poderosa Continental Resources, una de las compañías petroleras independientes más grandes de EEUU, pionera del hoy cuestionado fracking. «Somos orgullosamente independientes y fervientemente partidarios de la energía estadounidense», es el lema de su petrolera.

Forbes estima que el patrimonio neto de su familia Hamm es de dieciocho mil millones de dólares. Continental, que salió a bolsa en 2007, produce en la actualidad 400.000 barriles de petróleo y gas al día. Otro dato: él y sus cinco hijos privatizaron la compañía en un acuerdo de 27.000 millones de dólares en 2022. Estas cifras astronómicas dan una idea de lo poderoso que es hombre al frente de la compañía.

Harold Hamm ha conseguido que el dinero haya llegado a raudales a la campaña de Donald Trump tras una audaz petición del candidato republicano en abril en su casa de Mar-a-Lago. Allí, en una reunión con empresarios petroleros de EEUU, les solicita 1.000 millones de dólares para financiar su carrera a la Casa Blanca. Así lo reseña The Washington Post. Entonces, Hamm se pone el traje de recaudador y se propone conseguirlos. «Tenemos que hacer esto porque es la elección más importante de nuestras vidas», asegura The Washington Post que dijo Hamm.

De hecho, la industria del petróleo y el gas respaldó a Trump con más de 26 millones de dólares en el mes de mayo siguiente para los supercomités de acción política pro-Trump y el Comité Nacional Republicano.

En otro encuentro con petroleros en Houston, Donald Trump bromeó sobre Harold Hamm: «Es mi hombre de confianza en el sector petrolero, el que me enseñó lo que sé sobre el petróleo». «Este tipo sabe todo sobre el petróleo y el gas… Y de eso es todo lo que sabe. Ése es el problema. Es muy aburrido estar con él, ya sabes, porque lo único de lo que quiere hablar es sobre el petróleo y el gas. Noooo, amamos a Harold. Es un tipo increíble. Os lo aseguro».

Corbatas en la Torre Trump

Cuentan que Donald Trump y Harold Hamm se conocieron en 2012. Hamm visitó la Torre Trump para saludarlo y Trump lo acompañó a la tienda de regalos y le obsequió con algunas corbatas. Cuando vio que el petrolero llevaba una de ellas en una portada de Forbes, le envió más corbatas gratis y ahí nació una relación que ha tenido sus idas y venidas.

Harold Hamm no viaja con séquito y no mantiene un perfil alto. Sin embargo, ha surgido como una figura central en la tarea de persuadir a la industria petrolera para que financie la campaña de reelección de Donald Trump y de comunicarle al ex presidente lo que la industria petrolera quiere. Hamm vaciló al principio en su apoyo a Trump, respaldando primero al gobernador de Florida, Ron DeSantis, y a la ex gobernadora de Carolina del Sur, Nikki Haley en las primarias presidenciales republicanas. Pero, como muchos republicanos que alguna vez fueron críticos de Trump, ha cambiado de opinión. Durante el primer mandato de Trump, Hamm fue un fiel defensor de su administración y hablaba con el presidente con regularidad.

Un hombre hecho a sí mismo

Harold Hamm es el menor de 13 hijos de aparceros de Oklahoma; creció en una casa sin electricidad ni agua corriente y a menudo faltaba a la escuela para ir a recoger algodón descalzo. Empezó a trabajar en una gasolinera a los 16 años para mantener a su familia.

Finalmente, fundó su propia empresa de transporte de agua hacia y desde los yacimientos petrolíferos y, en 1971, solicitó un préstamo para perforar su primer pozo.

En la década de 1990 tuvo la visión de utilizar la perforación horizontal y la fracturación hidráulica en la región de Bakken en Dakota del Norte, transformando la industria petrolera de Estados Unidos.

En la actualidad, Hamm es una de las personas más ricas del planeta, pero se mueve en un estilo de vida relativamente modesto, según afirman sus amigos y otras personas del sector. Prefiere conducir un coche usado en lugar de contratar un chófer y, según personas que lo conocen desde hace años, opta por llevar su propio equipaje en los hoteles. No es la persona más locuaz ni pasa mucho tiempo haciendo bromas, dicen sus allegados.

«He estado con él en restaurantes en los que nadie sabía que era uno de los hombres más ricos del mundo», dijo de él un antiguo colaborador. «No le gusta pedir un trato especial ni decir: ‘Soy Harold Hamm, ¿no sabes quién soy?’».

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