La dictadura de Maduro y la oposición venezolana acuerdan un marco de convivencia pacífica

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El ex presidente de Panamá Martin Torrijos, el dominicano Leonel Fernandez, el representante del Vaticano monseñor Claudio Maria Celli, el secretario de UNASUR Ernesto Samper y Jose Luis Rodriguez Zapatero junto al dirigente de UNASUR Mauricio Dorfler en la reunión entre Gobierno y oposición venezolanos. (AFP)

Dos semanas después de dar inicio a unas conversaciones en las que pocos creían y sólo por la presión de la Santa Sede, la oposición venezolana ha llegado a un acuerdo con la dictadura de Nicolás Maduro para crear un marco de convivencia pacífica con el que empezar a resolver la crisis. El trabajo será arduo, porque no es solamente un problema de legitimidad democrática de un Gobierno que desconoce su propia Constitución, sino una carestía cercana a la indigencia en alimentos de primera necesidad y fármacos en los hospitales.

Así, este sábado, el gobierno y la oposición de Venezuela se han comprometido en estos términos al acabar la segunda ronda de un diálogo facilitado por el Vaticano y la terna de ex presidentes iberoamericanos encabezados por el español José Luis Rodríguez Zapatero.

«Nos comprometemos de forma solemne a que nuestras diferencias políticas sólo tengan una respuesta en el estricto marco constitucional, un camino democrático, pacífico y electoral», subrayó una declaración conjunta, leída por representantes de ambas partes.

Ambas partes llegaron a estos acuerdos durante dos días de conversaciones, el viernes y el sábado. Uno de ellos plantea que el Gobierno permita el ingreso de alimentos y medicinas para paliar la dura escasez que agobia a los venezolanos.

Además, abordaron el nombramiento de dos rectores del Consejo Nacional Electoral (CNE), acusado por la MUD se servir al gobierno, dijo el enviado del papa Francisco, monseñor Claudio María Celli. El negociador opositor Carlos Ocariz sostuvo que la designación de esos funcionarios -cuyo período está por concluir- busca tener un poder «neutral».

El partido de Leopoldo López no negocia

Hay que recordar que Voluntad Popular (VP), uno de los partidos más importantes de la Mesa de Unidad Democrática (MUD), la coalición opositora que controla la Asamblea Nacional (Parlamento) desde hace un año, no está incluido en estas conversaciones. Leopoldo López, líder de VP, es de hecho prisionero político de la dictadura bolivariana. López, el preso de conciencia más famoso del mundo, permanece aislado en o alto de una torre abandonada de la prisión militar de Ramo Verde.

López declaró desde la cárcel a través de sus representantes legales al inicio de estas conversaciones que no creía en «la sinceridad» del Gobierno de Maduro, «porque no han demostrado verdadera voluntad de dialogar». Voluntad Popular acordó con el resto de partidos opositores aguardar a ver cómo se desarrollaban las cuatro mesas de diálogo abiertas para decidir si sumarse o no a las conversaciones. El preso político llamó a continuar con las movilizaciones «siempre pacíficas y en defensa de la legalidad y la Constitución».

Falta por saber cuál es la reacción de los dirigentes del partido de López, quien en estas semanas fue utilizado como rehén de la dictadura chavista impidiendo a sus familiares y abogados saber de él durante más de cinco días, lo que provocó que su esposa, Lilian Tintori, exigiera una «fe de vida» al régimen, exigencia que fue desoída por el dictador con la clara intención de dividir a los partidos democráticos.

La MUD exige, como prioridad en la mesa de diálogo, un adelanto de elecciones o la reactivación del referendo revocatorio contra Maduro –suspendido el 20 de octubre–, pero el acuerdo no menciona ninguna de esas posibilidades.

No obstante, un comunicado posterior de la MUD, leído por el negociador Carlos Ocariz, señaló que la oposición seguirá «hasta obtener lo más importante: las elecciones nacionales y referendo revocatorio». El Gobierno y la oposición, que tras la suspensión del referendo elevaron las tensiones y los insultos mutuos a tal punto que se temió un estallido de violencia, prometieron «establecer una relación política respetuosa».

«Expresamos nuestro firme compromiso con una convivencia pacífica, respetuosa y constructiva, porque no hay política ni convivencia en la violencia», señaló otro punto del acuerdo «Convivir en paz». Las partes se comprometieron además a «liderar una gran movilización nacional en favor de la concordia, el reconocimiento mutuo y la paz».

«No hay política ni convivencia en el odio, ni en el insulto; que se erradique el odio, la violencia, la intolerancia, el escarnio y el insulto», manifestó por su parte uno de los negociadores del Gobierno, Jorge Rodríguez.

Otros acuerdos

Las partes acordaron igualmente avanzar hacia una nueva elección de tres diputados opositores del estado Amazonas (sur), suspendidos por la Justicia al acoger una impugnación presentada por el oficialismo por supuesto fraude, lo que dejó a la oposición sin la mayoría especial de tres quintos en el Parlamento, que de todas formas controla.

El enviado del Papa aseguró que el Gobierno y la oposición acordaron tratar «la situación de desacato» en que fue declarada la Asamblea Nacional por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), al haber incorporado a su bancada a esos tres legisladores pese a la suspensión judicial.

Los representantes de la dictadura chavista y los de la oposición democrática acordaron volverse a reunir el próximo 6 de diciembre, el día en que se cumplirá un año de las elecciones en las que la oposición comenzó la remontada democrática contra la dictadura bolivariana.

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