Francia

Denuncian al ministro de Justicia francés por «tomar partido» por Sarkozy tras visitarlo en la cárcel

Gérald Darmanin argumenta que tiene la obligación de comprobar las condiciones de seguridad en las que se encuentra Sarkozy

Los abogados sostienen que el ministro de Justicia tiene "un interés moral y, más concretamente, personal" en este caso

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Gerald Darmanin y Nicolas Sarkozy. (E.P.)
Paula M. Gonzálvez

Una treintena de abogados ha interpuesto este viernes una demanda contra el ministro de Justicia de Francia, Gérald Darmanin, tras su visita al ex presidente Nicolas Sarkozy en la cárcel de La Santé (París), en la que ingresó el pasado 21 de octubre con una expectación masiva en el país galo y protestas en la puerta de su casa, mientras sonaba La marsellesa. El colectivo acusa al ministro de «tomar partido» en la causa contra Sarkozy, condenado por el caso Gadafi.

Los letrados han presentado la denuncia ante el Tribunal de Justicia de la República, concretamente, por entender que Darmanin «ha tomado partido en un asunto sobre el que tiene poder administrativo o de supervisión como superior jerárquico de la Fiscalía», según recoge el documento de diez páginas. La demanda ha sido interpuesta un día después de la visita.

Gérald Darmanin acudió a la cárcel parisina este jueves, y argumentó antes de hacerlo que sus encuentros con Sarkozy no implicarían cuestionar el sistema judicial. Además, subrayó que era su deber, por el cargo que ocupa, comprobar que la prisión cuenta con todas las condiciones de seguridad en este caso, por su especial relevancia y por la identidad del preso en cuestión.

Sarkozy ingresó por seguridad en una celda de la unidad de aislamiento, donde apenas hay 15 de 9 metros cuadrados. Así se pretende evitar la interacción con otros reclusos. Puede dar un paseo diario en un pequeño patio, solo, y tiene derecho a acceder al gimnasio y a la biblioteca, así como a recibir visitas de familiares cada semana.

Los abogados sostienen que «la declaración de Gérald Darmanin no puede separarse del resto de sus comentarios ni del apoyo que ha brindado a Nicolas Sarkozy, su antiguo colega y amigo». Así, han destacado que el ministro de Justicia y Sarkozy «se conocen desde hace mucho tiempo» y tienen una relación que implica «un interés moral y, más concretamente, personal».

A pesar de que Darmanin, como ministro de Justicia, no tiene poder de decisión sobre la posición de la Fiscalía en el caso de Sarkozy, como reconocen los letrados, sí que «tiene un poder implícito debido a su condición de superior jerárquico» y, por ende, «un poder de supervisión o administración inherente a su cargo de Ministro de Justicia».

Con estas palabras, el colectivo también cuestiona el objetivo de la visita de Darmanin al ex presidente. «No cabe duda de que este interés probablemente comprometa la imparcialidad y la objetividad de Gérald Darmanin, quien, como ministro de Justicia, no puede tomar una posición de este tipo en un caso pendiente», explican.

Sarkozy en la cárcel

Nicolas Sarkozy ingresó en la cárcel de La Santé (París) el pasado 21 de octubre y se convirtió así en el primer ex presidente de Francia que entra en prisión. El ex mandatario de 70 años carga con una condena de cinco años por el conocido como caso Gadafi, en relación a la financiación de su campaña electoral de 2007 con dinero del régimen libio. Sin embargo, Sarkozy ha pedido ya la libertad provisional y, si el recurso prospera, podría pasar la Navidad en casa.

La Justicia gala condenó a Sarkozy el pasado 25 de septiembre por asociación de malhechores, en relación a la financiación libia de su campaña de 2007. Sarkozy fue acusado de varios delitos por este asunto, pero fue absuelto de los cargos de malversación de fondos públicos y del incumplimiento del código electoral (corrupción pasiva).

El ex mandatario estaba encausado por recibir fondos del régimen de Muamar Gadafi para su campaña electoral de 2007. Sarkozy habría sido el cerebro de una trama en la que también han estado implicados los ex ministros Éric WoerthBrice Hortefeux y Claude Guéant. Los hechos se remontan a un acuerdo que el ex presidente de la república firmó en 2005, por el que se le hacía entrega de 50 millones de euros procedentes de Libia. Entonces, Sarkozy era ministro de Interior y se comprometió, a cambio, a respaldar el régimen libio, que enfrentaba una posición internacional de aislamiento.

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