La cúpula militar de Venezuela intenta esconder sus divisiones internas y aparenta unidad en torno a Maduro
Rodeado de tanques y cientos de soldados, el alto mando militar de Venezuela intentó este lunes despejar cualquier duda sobre su unidad en torno al presidente Nicolás Maduro, tras un confuso asalto a una base que dejó dos muertos.
Encabezada por el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, la cúpula castrense apareció en la televisión oficial para refrendar su lealtad a Maduro; mientras aumenta el rechazo internacional al avance de la Asamblea Constituyente que impulsó el gobernante socialista.
El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, advirtió este lunes que no descarta romper relaciones diplomáticas con Venezuela «si esto sigue», si bien aclaró que espera mantener abierto «un canal de comunicación». Estados Unidos, varios gobiernos de América Latina y bloques como la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Unión Europea no reconocen la vigencia de la Constituyente impuesta por Maduro.
Pese a las críticas internas y externas, «tengan la certeza» de una Fuerza Armada «unida y con altísima moral», afirmó Padrino al entregar un nuevo parte sobre el ataque ocurrido en la madrugada del domingo, en el que participaron tres oficiales, uno de ellos activo.
En una comparecencia retransmitida luego en cadena nacional, escoltaban a Padrino, entre otros, los generales Remigio Ceballos y Jesús Suárez, jefes del Comando Estratégico Operacional y del Ejército.
Tres tanques apuntando sus cañones al cielo, un blindado y soldados armados acompañaron la lectura del reporte, que confirmó dos atacantes muertos y tres militares heridos -uno de gravedad- durante la incursión en el fuerte de Paramacay, en Valencia (180 km al oeste de Caracas).
Padrino reafirmó que se trató de un «ataque terrorista» ejecutado por una veintena de «mercenarios pagados desde Miami por grupos de extrema derecha». Ocho hombres fueron detenidos luego de tres horas de combates y uno de ellos está herido.
Objetivo cumplido
Los asaltantes robaron armas, reconoció Padrino, indicando que actuaron en complicidad con el responsable de su custodia, el teniente Jefferson García. Este oficial huyó junto con una decena de hombres, entre ellos el líder de la operación, el capitán Juan Carlos Caguaripano, destituido en 2014 por rebeldía y traición a la patria.
Pese a desconocerse el alcance del ataque, expertos coinciden en que evidencia malestar en rangos medios de la Fuerza Armada, principal sostén de Maduro. «Indica el creciente descontento de rangos medios policiales y militares, aunque el mando militar siga aliado al gobierno. Pueden esperarse nuevos incidentes», aseguró a la AFP el analista Diego Moya-Ocampos.
Poco antes de conocerse el ataque, Caguaripano, de 38 años, apareció en un video junto con unos 15 hombres vestidos de camuflaje, en el que se declaró en rebelión contra «la tiranía ilegítima» de Maduro. «No somos terroristas ni paramilitares. Somos oficiales retirados y algunos activos. Fue una operación limpia, impecable, un éxito», declaró desde la clandestinidad a la AFP el capitán Javier Nieto, quien aseguró que el comando sustrajo un centenar de fusiles.
Más temprano, el poderoso dirigente chavista y constituyente Diosdado Cabello, rechazó que se tratara de una rebelión en la Fuerza Armada. «Aquí no hubo ningún alzamiento. Es la mentira hecha política», dijo.
Más radicalización
Para la experta en asuntos militares Rocío San Miguel, el «beneficiado» de esta acción es «el sector más radical del gobierno», que «empezará a perseguir a civiles y militares». En mayo, el líder opositor Henrique Capriles aseguró que unos 85 soldados, sargentos y capitanes fueron detenidos por disentir de la «represión» a protestas opositoras, que dejan 125 muertos en los últimos cuatro meses.
«Hay mucho descontento, mucho malestar, mucha desmoralización, porque todos esos generales están involucrados en actos de corrupción y narcotráfico», aseguró Nieto.
La coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) convocó a trancar calles y avenidas el martes por seis horas en todo el país, en la continuación de sus manifestaciones.
La oposición ha llamado reiteradamente a la Fuerza Armada a romper con Maduro, quien le ha dado enorme poder político y económico y cuyo alto mando le ha declarado lealtad absoluta. El asalto añadió más tensión a la explosiva crisis venezolana, agravada desde el fin de semana con la puesta en marcha de la Constituyente, que en sus primeros pasos destituyó a la fiscal general, Luisa Ortega, chavista que rompió con Maduro y que le acusa de «ambiciones dictatoriales».
«El régimen intenta salvarse mediante la violación masiva de la Constitución sostenido en la fuerza, lo que lleva la confrontación al terreno de la violencia de las armas», declaró a la AFP el analista Luis Salamanca.
Cabello, que acusa a la oposición de pretender generalizar la violencia en el país, advirtió que la Constituyente podría levantar la inmunidad a los diputados opositores, mayoría en el Parlamento.