Un coche bomba en Turquía deja al menos 8 muertos y un gran control gubernamental sobre la prensa

Un coche bomba en Turquía deja al menos 8 muertos y un gran control gubernamental sobre la prensa
Uno de los fallecidos en el atentado es sacado en volandas del lugar donde ha explotado el coche bomba. AFP

Las autoridades turcas detuvieron a los dirigentes y varios diputados del principal partido prokurdo de Turquía, unas horas antes de un ataque con coche bomba que dejó el viernes ocho muertos y más de 100 heridos en Diyarbakir, en el sudeste del país.

La detención el jueves por la noche de Selahattin Demirtas y Figen Yüksekdag, que dirigen juntos el Partido Democrático de los Pueblos (HDP), constituye un paso más en la purga lanzada por el gobierno desde el golpe de Estado fallido de julio y que azota de lleno los sectores prokurdos.

Los co presidentes del HDP, segundo partido de la oposición en Turquía, fueron presentados el viernes por la mañana a la justicia, que debe decidir si los mantiene en detención en el marco de una investigación «antiterrorista» vinculada al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), según la agencia de prensa Anadolu.

Pocas horas después de los arrestos, al menos ocho personas, entre ellos dos policías, murieron en Diyarbakir en la explosión de un coche bomba delante de un edificio de la policía en esta ciudad que dejó además más de un centenar de heridos. El ataque fue atribuido por el primer ministro, Binali Yildirim, al PKK, una organización calificada como «terrorista» por Ankara, Washington y Bruselas.

Restricciones a los periodistas

El Consejo Regulador de Radio y Televisión de Turquía ha impuesto una serie de restricciones al trabajo de la prensa en relación al atentado terrorista registrado este viernes cerca de una comisaría en Diyarbakir, en el sureste del país.

En un comunicado, el organismo ha justificado las restricciones motivos de seguridad nacional y ha indicado que se establece una prohibición temporal de publicación de determinadas informaciones sobre el ataque para evitar que se provoque «pánico y caos» y que las noticias beneficien «a las organizaciones terroristas

Las restricciones incluyen que los periodistas no podrán informar sobre el trabajo que realizan las fuerzas de seguridad en el lugar de la deflagración ni difundir imágenes sobre las víctimas mortales y heridos en el ataque terrorista.

Las restricciones, según el organismo regulador, tienen el objetivo de no perjudicar el trabajo de las fuerzas de seguridad en la persecución de los responsables del atentado. Varios medios de comunicación turcos han informado, además, de que se ha producido una suspensión de las redes sociales en la zona de las detenciones de diputados kurdos.

El ministro de Justicia de Turquía, Bekir Bozdag, ha afirmado que el atentado en la localidad de Diyarbakir (sureste) se ha saldado con víctimas mortales entre las fuerzas de seguridad y la población civil.

La oficina del gobernador de Diyarbakir ha apuntado al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) como responsable, si bien el grupo no ha reclamado por el momento la autoría del atentado.

La UE expresa su «extrema preocupación»

La jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, se declaró «extremadamente preocupada» por los arrestos e indicó en Twitter que convocaría una reunión de embajadores de la UE en Ankara. Berlín anunció por su parte que convocó al encargado de negocios turco.

En total once diputados del HDP fueron detenidos, según una lista difundida por el partido y por el ministerio de Interior. Entre ellos hay importantes figuras, como Idris Baluken, presidente del grupo parlamentario HDP, y Sirri Sureyya Onder, figura respetada de la causa kurda.

Uno de ellos, Ziya Pir, fue liberado bajo control judicial, informó la prensa turca.

«El HDP llama a la comunidad internacional a que reaccione contra este golpe del régimen [del presidente Recep Tayyip] Erdogan», pidió el partido en su cuenta Twitter.

El «Obama kurdo», rival de Erdogan

Demirtas y Yüksekdag están siendo investigados por sus presuntas relaciones con el PKK. Según Anadolu fueron detenidos por su rechazo a comparecer a las convocaciones judiciales.

Turquía está en estado de emergencia desde el intento de golpe de estado de julio. Varios países europeos así como oenegés acusan a las autoridades turcas de perseguir a los opositores y no sólo a los presuntos golpistas. Unas 35.000 personas fueron detenidas y decenas de miles fueron cesados o suspendidos en el marco de una inmensa purga que alcanza a diferentes sectores de la administración pública.

El fin de semana pasado, los dos alcaldes de Diyarbakir fueron detenidos por «actividades terroristas» y una docena de medios prokurdos fueron cerrados por decreto.

Estas medidas agravaron la situación en el sudeste del país, ensangrentado por combates cotidianos entre el PKK y las fuerzas de seguridad desde la ruptura de una frágil tregua en el verano 2015 que puso en sordina un proceso de paz destinado a poner fin a un conflicto que dejó más de 40.000 muertos desde 1984.

El presidente Recep Tayyip Erdogan considera que el HDP está estrechamente relacionado con el PKK y no juzga que el partido, cuyos miembros califica de «terroristas», sea un interlocutor legítimo.

En mayo, el parlamento turco levantó la inmunidad de los diputados buscados por la justicia, una medida muy criticada porque iba dirigida principalmente contra los líderes del HDP.

«Los que quieren interrogarnos deberán llevarnos por la fuerza. No iremos de manera voluntaria», había desafiado entonces Demirtas.

Demirtas, apodado el «Obama kurdo» por su carisma, está considerado como un posible rival de Erdogan.

Bajo su liderazgo, el HDP amplió su base electoral más allá de la comunidad kurda de Turquía (15 millones de personas) y se transformó en un partido moderno, abierto a las mujeres y a todas las minorías.

Desde el ingreso del HDP al Parlamento, en junio de 2015, algo inédito que ayudó a privar al partido AKP en el poder de su mayoría absoluta, Erdogan multiplicó los ataques personales y las acusaciones de vínculos con el PKK contra Demirtas.

El HDP desmiente ser «el ala política» del PKK y acusa a Erdogan de querer instaurar un régimen dictatorial.

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