Boko Haram libera a todas las niñas secuestradas en Dapchi (Nigeria) menos a la única cristiana

Una de las aulas de la aldea nigeriana de Dapchi tras el secuestro masivo de chicas por parte de los terroristas islámicos de Boko Haram. Foto: AFP
Una de las aulas de la aldea nigeriana de Dapchi tras el secuestro masivo de chicas por parte de los terroristas islámicos de Boko Haram. Foto: AFP

Las cinco niñas del grupo de 110 menores secuestradas por el grupo terrorista Boko Haram que murieron antes de ser liberadas fallecieron durante su traslado a la localidad de Dapchi este miércoles. De las 110 menores secuestradas, cinco han perdido la vida en la vuelta a casa y una de ellas continua todavía retenida por los terroristas. Se trata de la única cristiana entre las menores nigerianas, que se niega a abrazar el islam y por eso los terroristas islámicos continúan reteniéndola en contra de su voluntad.

Fatsuma contó por teléfono a su padre cómo había sido el cautiverio y la liberación por el grupo terrorista. «Cinco de nuestras compañeras murieron en el traslado desde donde nos mantenían cautivas y nuestra escuela en Dapchi», ha explicado la menor, que incluso da los nombres de dos de ellas.

Según ha indicado, sus compañeras murieron porque los vehículos en los que las trasladados «estaban abarrotados» y hubo una «estampida». «Algunas de nosotras nos tuvimos que sentar encimas de otras», ha precisado.

Por otra parte, Fatsuma ha asegurado que los milicianos las han tratado bien durante su cautiverio, que comenzó el pasado 19 de febrero y concluyó con la liberación de 104 de ellas el miércoles, mientras que la única cristiana entre todas ellas sigue secuestrada porque se niega a convertirse al islam. «Nos han estado dando comida y en muchos casos los insurgentes incluso nos han permitido cocinar para nosotras», ha señalado la menor. «No nos han hecho daño ni nos han torturado», ha asegurado, siempre según el diario.

Las 104 niñas, junto con otros dos menores más, fueron liberadas a primera hora del miércoles por los milicianos de Boko Haram, que llegaron a bordo de varios vehículos hasta Dapchi, en el estado de Yobe, y las dejaron allí. Uno de los padres de las niñas ha contado al ‘Daily Post’ que los milicianos les pidieron que sus hijas no vuelvan a la escuela.

«Cuando llegaron, nos dijeron que devolvían a las niñas no porque alguien les hubiera dado dinero sino por voluntad propia y les dimos las gracias», ha contado Kachalla Bukar, secretario de los padres de las secuestradas.

No deben volver a la escuela

«Luego nos dijeron que no debíamos enviar nunca a nuestras hijas de vuelta a las escuelas occidentales y les dijimos que lo haríamos. Rezaron por nosotros durante un rato (…), nos dieron las manos y nos pidieron perdón por cualquier daño que nos hayan causado», ha añadido, precisando que antes de irse les pidieron hacerse unas fotos con sus móviles.

El grupo terrorista ha manifestado reiteradamente su rechazo a la educación occidental y de hecho su nombre vendría a significar algo así como «la educación occidental está prohibida». La palabra ‘Boko’, que en hausa es una corrupción de la palabra inglesa ‘book’ (en español, «libro»), hace referencia a la educación instaurada por los colonizadores occidentales. ‘Haram’ es como suele denominarse en la ley coránica a aquellos actos prohibidos por Alá.

Como resultado del secuestro, el Gobierno del vecino estado de Borno, donde nació Boko Haram, ha ordenado el cierre indefinido de los internados. «Todos los internados de secundaria en el estado, con la excepción de los que están en Maiduguri (la capital del estado) y Biu, cerrarán con efecto inmediato hasta nuevo aviso», ha ordenado, según el diario ‘The Punch’.

Tanto las niñas de Dapchi, como las más de 200 menores secuestradas en Chibok en abril de 2014, fueron raptadas por milicianos de Boko Haram de internados de educación secundaria. En el caso de las segundas, la mayoría de ellas han sido liberadas desde entonces, si bien algunas aún siguen en manos de los yihadistas.

No ha habido rescate

El Gobierno de Muhamadu Buhari ha asegurado que no se ha pagado ningún rescate por las niñas y que este es fruto de negociaciones extraoficiales. La única condición que impuso Boko Haram es que no hubiera presencia militar en Dapchi cuando fueran a entregar a las niñas.

«Lo que ocurrió fue que el secuestro era un ruptura de las conversaciones de alto el fuego entre los insurgentes y el Gobierno, por tanto se convirtió en una carga moral para los secuestradores», sostuvo el ministro de Información, Lai Mohamed. «Cualquier información de que hemos pagado un rescate o ha habido un intercambio de prisioneros es falsa», defendió.

Las niñas han sido trasladadas inicialmente al hospital para ser sometidas a un reconocimiento y a continuación fueron trasladadas a última hora del miércoles a Abuya, la capital.

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