Agentes del Servicio Secreto de Pensilvania apartados por su fracaso en proteger a Trump en el atentado

Varios agentes del Servicio Secreto de Estados Unidos de la Oficina de Campo de Pittsburgh (Pensilvania), encargados de la seguridad del ex presidente Donald Trump  el 13 de julio, día del atentado, han sido apartados este jueves.

La incapacidad de los agentes del Servicio Secreto para mantener a salvo al ex presidente ha puesto de manifiesto los fallos de la agencia, a la que se ha acusado de nepotismo en diferentes ocasiones. Su directora Kimberly Cheatle, amiga del presidente Joe Biden, encargada de su seguridad cuando era vicepresidente con Barack Obama, se vio obligada a dimitir tras el desastre de los agentes encargados de la seguridad del republicano. Desafiante, la amiga de Biden en un principio se negó a renunciar a su puesto, a pesar de la insistencia de los legisladores del Congreso, a cargo de una de las investigaciones para esclarecer cómo se pudo disparar a plena luz del día contra el ex presidente republicano durante un mitin electoral.

Un grupo diferente de agentes del Servicio Secreto se encarga ahora de la seguridad de Donald Trump, el cual celebró el miércoles por primera vez desde el atentado un mitin al aire libre en Carolina del Norte, uno de los estados indecisos, fundamentales para ganar la Casa Blanca en estas elecciones, que se celebran el 5 de noviembre.

Diferentes legisladores han pedido al Servicio Secreto que hiciera cambios de personal y despidiera a los agentes encargados de la seguridad de Trump el día del atentado, en el que además murió asesinado un bombero,  Corey Comperatore, protegiendo a su familia, y otros dos votantes de Trump, David Dutch y James Copenhaver, resultaron gravemente heridos.

En los últimos días, se han puesto de manifiesto todos los errores del Servicio Secreto. Destacan las grabaciones de las cámaras corporales de la Policía. Las mismas muestran los momentos posteriores a que Thomas Matthew Crooks disparara contra Donald Trump.

En estas nuevas imágenes y audios arriba citados se ofrecen claras pruebas de la frustración de la Policía con el Servicio Secreto en el atentado contra el ex presidente de Estados Unidos Donald Trump. Son los momentos en los que los agentes de Policía se dieron cuenta de que Thomas Matthew Crooks se encontraba en el tejado desde donde disparó al candidato republicano Donald Trump y los problemas que tuvieron después de que el ex presidente recibiera un disparo en la oreja en la cabeza. Nadie comprobó el tejado con antelación. Mientras, Servicio Secreto y Policía se han echado mutuamente la culpa del atentado.

En el nuevo material publicado con estas imágenes del atentado contra Trump, se observa cómo la Policía local de Pensilvania se quejó en los momentos posteriores al atentado contra Donald Trump del pasado 13 de julio de que habían advertido al Servicio Secreto de Estados Unidos con días de antelación de que el almacén donde se encontraba Thomas Matthew Crooks necesitaba protección.

«Les dije que tenían que enviar hombres aquí… se lo dije el martes», se puede escuchar a un agente del municipio de Butler en un audio grabado por su cámara corporal. «Hablé con los chicos del Servicio Secreto. Me dijeron: ‘Sí, no hay problema. Vamos a apostar a los chicos aquí’».