Abbas aplaza las elecciones palestinas hasta que se permita votar en Jerusalén Este
Después de 15 años, los palestinos recibían la noticia de que serían convocados a unas elecciones legislativas y presidenciales. El presidente palestino, Mahmoud Abbas, anunciaba la convocatoria de elecciones en los territorios palestinos el pasado enero. La llegada de un nuevo presidente a la Casa Blanca ha precipitado la decisión de realizar unos comicios que no tenían lugar desde 2006.
La convocatoria de estas nuevas elecciones ha sido posible una vez que el partido nacionalista Fatah, liderado por Abbas, y el movimiento islamista Hamás, que gobierna de facto en Gaza, llegaran a un pacto a principios de enero. Estas elecciones se presentaban como una forma de legitimar las instituciones políticas palestinas, incluida la propia presidencia de Abás, sobre las que planea la sombra de la corrupción y autoritarismo.
La llegada de un nuevo presidente a la Casa Blanca abre una nueva ventana de posibilidades para Palestina, ante cuatro años de estancamiento con la presidencia de Donald Trump. Biden ha insistido en la solución de dos Estados para poner fin al conflicto palestino. Las elecciones se presentaban en un momento idóneo para dar una imagen de compromiso con la democracia dentro de los territorios palestinos ante la comunidad internacional.
Pero, a pesar de las altas expectativas que despertaba esta convocatoria, Mahmoud Abbas ha anunciado que dichas elecciones no se podrán llevar a cabo, debido a los impedimentos planteados por Israel para votar en Jerusalén Este, por lo que quedan aplazas sin fecha prevista.
“La votación se pospondrá hasta que Israel acceda a permitir la participación de los palestinos de Jerusalén Este”, señaló Abbas durante una conferencia de altos funcionarios palestinos. Abbas, añadió que había instado a la comunidad internacional a presionar a Israel para que permitiera hacer campaña y votar en Jerusalén Este, territorio anexionado por el Estado judío en 1967 y que los palestinos reclaman como su futura capital.
Este anuncio ha despertado la crítica de múltiples sectores de la población que esperaban que las elecciones, tras 15 años de espera, pudieran ayudar a reparar su fracturado sistema político. Por su parte, Hamás, autoridad de facto en Gaza, ha calificado de “golpe de Estado” la decisión de aplazar las elecciones. «La decisión de retrasar las elecciones se opone a nuestro consenso nacional y a la opinión popular. Es un golpe contra nuestros acuerdos», afirmó Hamás.
Abbas alegó que las autoridades israelíes no habían respondido a la petición palestina de celebrar las elecciones en Jerusalén Este, lo que hacía imposible la votación. Los Acuerdos de Oslo, una serie de acuerdos bilaterales entre Israel y la Organización para la Liberación de Palestina, obligan a Israel a permitir que un número simbólico de palestinos vote en Jerusalén Este en las oficinas de correos designadas.
Israel se escuda en su propio bloqueo político para no asegurar la participación de los palestinos de Jerusalén Este. Abbas comunicó a los dirigentes de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) que había recibido un mensaje de Israel en el que se decía que no podía ofrecer orientación sobre la cuestión de Jerusalén porque el Estado judío no tenía actualmente Gobierno. El propio Israel está sumido en la peor crisis política de su historia, sin que se haya formado un Gobierno tras las elecciones del 23 de marzo, las cuartas en menos de dos años.
Analistas y medios locales aseguran que existen otras razones que han provocado que Mahmoud Abbas aplace unas elecciones tan determinantes como estas. Abbas ha podido usar la negativa israelí para votar en Jerusalén como excusa para evitar unos comicios que probablemente no ganaría su partido, el nacionalista Fatah.
Entre los principales desafíos para la candidatura de Abbas se encuentra la «Lista de la Libertad», encabezada por Kidwa, que ha recibido el apoyo de Marwan Barghouti, un líder popular que cumple múltiples cadenas perpetuas en la cárcel de Israel. Asimismo, el ex jefe de seguridad de Fatah, Dahlan, se ha perfilado como clara competencia, ya que ha sido reconocido por introducir vacunas contra el coronavirus en Gaza y distribuir ayuda financiera en el enclave, así como en Cisjordania.
Durante la semana pasada, funcionarios palestinos lanzaron una campaña para mostrar a la sociedad que estaban haciendo todos los esfuerzos posibles para obligar a Israel a permitir una votación en Jerusalén Este. El ministro de Asuntos Exteriores, Riyad al-Maliki, viajó de un lado a otro de las capitales europeas para conseguir su apoyo ante Israel.
Pero a pesar de esta muestra de intenciones, la expectación por la votación ha ido aumentando en Cisjordania y Gaza durante meses. Treinta y seis listas estaban preparadas para presentarse a las elecciones parlamentarias, y la campaña iba a comenzar oficialmente este viernes. Por lo que es más que probable que tras este polémico anuncio se produzcan protestas.
La tensión entre palestinos e israelíes ha ido en aumento estas últimas semanas, por lo que este anuncio puede agravar aún más la compleja situación que se vive tanto en Jerusalén Este como en todos los territorios ocupados. Jerusalén Oriental ya ha sido escenario durante dos semanas de manifestaciones diarias de jóvenes palestinos contra la policía israelí.
En este contexto la convocatoria de unas nuevas elecciones parece lejos de materializarse. Una nueva oportunidad para la población palestina se esfuma, mientras la tensión, el agotamiento y el hastío se generaliza.