Una embarcación con más de cien refugiados rohingya naufraga en la bahía de Bengala
Une embarcación con 120 refugiados rohingya que huían de la escalada de violencia en Birmania ha naufragado en la bahía de Bengala, frente a las costas de Bangladesh, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), que ha confirmado únicamente el rescate de una treintena de supervivientes.
Los servicios de emergencia ya han localizado 13 cadáveres, entre ellos los de ocho niños, ha publicado la OIM en su cuenta de Twitter. La organización dispone de personal propio e información de entidades colaboradoras en la localidad bangladeshí de Shamlapur, cerca de la frontera.
La zona sufría este miércoles un temporal de lluvias y vientos y el mar se encontraba agitado cerca de la costa.
Medio millón de refugiados
La cifra de rohingyas huidos a Bangladés desde el 25 de agosto superó la barrera simbólica del medio millón de personas, informó jueves la Organización de Naciones Unidas.
Un total de «501.800 llegadas fueron registradas hasta el 27 de septiembre», según el informe sobre el éxodo de la minoría rohingya, perseguida por tropas birmanas en lo que la ONU califica como un caso de «limpieza étnica».
Antes de la actual crisis humanitaria, Bangladesh ya albergaba a unos 300.000 rohingyas en campos de refugiados insalubres en la zona de Cox’s Bazar (sureste), resultado de anteriores estallidos violentos en Birmania.
Según Bhattacharyya, la situación alimentaria mejora en los campos, ya que la ayuda alcanza ahora a un mayor número de refugiados.
El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, que visitó esos campos el pasado fin de semana, aseguró que Bangladesh necesita una ayuda internacional «masiva» para proporcionarles comida y refugios a los rohingyas.
Superada por la crisis, Daca, que llevaba tiempo limitando el acceso de personal humanitario a los campos de refugiados rohingyas, autorizó esta semana la intervención de 30 organizaciones sin ánimo de lucro por un plazo máximo de dos meses.
Bangladesh también pidió una ayuda de 250 millones de dólares -213 millones de euros- al Banco Mundial para afrontar las inmensas necesidades sanitarias.