Los pasos para cortar la piña fácilmente
Si al igual que nosotros eres uno de los fanáticos de la piña, que aporta varios nutrientes básicos para el organismo, es muy probable que tú también te estés preguntando, al respecto, cómo podemos cortar una piña fácilmente y servirla.
Es que la piña, ese alimento que tantas polémicas genera al incorporarse a recetas tradicionalmente saladas, es sin dudas una de las opciones estrella de muchos de los meses al año en los que está disponible en el mercado. Pero no siempre logramos que su aspecto, una vez en la mesa, resulte tan agradable como su sabor. Por suerte, hoy te enseñaremos a cortar piña como un profesional.
Por supuesto, el objetivo más allá de la estética que queramos darle, pasa por llegar a la pulpa, esa refrescante parte interior en tonos entre blancos y amarillos, un poco fibrosa y sin dudas carnosa, que hace las delicias de los amantes de la piña, y sobre todo en verano cuando está bien fría.
El problema, claro, está en que no podemos cortar una piña como cortamos una manzana, o como pelamos una naranja, porque su corteza dura impide que cualquier utensilio de cocina sea útil, porque no podemos ingerir esa parte exterior, y porque se debe aprovechar bien la pulpa.
Cómo podemos cortar la piña fácilmente
- Para poder pelar y cortar una piña y no volverte loco en el intento, tienes que disponer de al menos un par de cuchillos de hoja grande y ancha, afilados, con un mango generoso para un agarre firme. Por ejemplo, los cuchillos de chef son perfectos para esta tarea. Un serrucho, de pan, puede servir. Una vez que la hayas pelado, para cortarla sí puedes utilizar cualquier cuchillo común de casa.
- Sobre una superficie lisa, estable y despejada, debes retirar primero tanto la base como el extremo superior de la piña, con sus características hojas, haciendo cortes perpendiculares, para que más tarde quede en una posición vertical, sin estar balanceándose mientras la vas cortando.
- Quitados los extremos tienes que ir realizando cortes longitudinales paralelos, de arriba a abajo, buscando el mínimo desperdicio pero asegurándote de eliminar todos los rastros de la corteza. Tienes que ir girando poco a poco el cuerpo de la piña, hasta finalizar con el procedimiento.
- Una vez que sólo tengas la pulpa, el resto es más sencillo y depende de cómo quieras presentarla. Están los que prefieren servirla en pequeños cuadrados y los que se inclinan por las rodajas.