Cómo detectar la demencia senil en los perros
La demencia senil es una enfermedad que puede afectar también a los perros, de modo que si tienes un perro de edad avanzada será bueno estar alerta y para ello saber detectar las señales.
Quién tiene un perro sabe lo bonito que resulta esta experiencia ya que son sin duda el mejor amigo del hombre, pero también se sufre mucho con ellos cuando envejecen y comienzan a padecer distintas enfermedades. Una de las más dolorosas es la demencia, que poco a poco los apagando de modo que vamos a guiarte a continuación para que sepas cómo detectar la demencia senil en perros.
La demencia es un problema que puede afectar también al perro. Una disfunción cognitiva que a menudo se subestima y que puede golpear a nuestra mascota cuando se encuentra cerca de los ocho años de edad. El progreso del tiempo puede afectar la salud mental de los cuadrúpedos, y lo peor es que es algo que los irá apagando poco a poco, de modo que resultará esencial observarlo e identificar señales de alerta temprana para intervenir con prontitud.
Signos y pasos para saber cómo tratar la demencia senil en los perros
Está claro que ante la demencia senil no existe cura, pero si la detectamos a tiempo, podremos ayudar a que nuestro perro no sufra tanto. De este modo debes guiarte por estos signos o señales de alerta:
- Interacción: El perro parece estar menos interesado en la interacción con su propia clase y con los miembros de su familia, prefiere permanecer solo y tranquilo sin interceder para obtener atención. Este desinterés inusual en el comportamiento habitual, si se prolonga con el tiempo, puede ser un signo de un problema relacionado con las capacidades cognitivas.
- Torpeza al caminar: El perro se muestra más torpe en sus movimientos y deambulaciones, y parece ser más lento pero también incapaz de enfrentar los caminos habituales que suele hacer a diario. Un ejemplo clásico es la dificultad para cruzar las habitaciones o para evitar las puertas y los muebles, que parecen ser los obstáculos más difíciles que enfrentar: el perro ya no puede entender cómo moverse y, por este motivo, camina de forma confusa.
- Incontinencia: Aunque siga saliendo de forma habitual de paseo, nuestro perro podría ser víctima de algún accidente fisiológico, liberando sin querer orina y heces en el suelo o en la cama. Un problema común que puede aparecer con la edad, porque el perro es menos consciente de su cuerpo y tiene menos control de las funciones fisiológicas.
- Mirada ausente: Una estabilidad visual repentina con deambulación relativa es una señal típica de demencia senil. El perro parece confundido o ausente. Podría prestar poca atención a la presencia del propietario, que se detiene inmóvil en el centro de la habitación, o que se mueve sin rumbo fijo, fijando su mirada en un punto sin realmente enfocar.
- Ansiedad y miedo: La ansiedad y el miedo podrían convertirse en señales de demencia senil: el perro puede mostrar miedo frente a situaciones consideradas normales y que generalmente ha aceptado de buen grado. De repente, podría temer más la separación y la ausencia del propietario, mostrar miedo a las tormentas eléctricas y los fuegos artificiales y sufrir soledad.
- Agresividad: La demencia podría llevar a tu perro a ausentarse mentalmente sin reconocer a sus compañeros de vida, tanto humanos como animales. Pequeños momentos de confusión que podrían asustarlo o hacer que se vuelva repentinamente agresivo.
- Actitud errante: El insomnio podría alterar el descanso nocturno, empujándolo a pasear por las habitaciones de la casa, dejándolo cansado y agotado durante el día. Esto podría hacer además que se confundido y como si estuviera buscando algo cuando debería estar durmiendo.
Qué hacer si notamos que nuestro perro tiene demencia senil
- Ante el primer síntoma o la primera anomalía en torno al comportamiento del perro según lo dicho, es importante llevar a nuestro amigo al veterinario , enumerando todos los cambios de comportamiento observados, a fin de favorecer un control completo que pueda favorecer una evaluación con un diagnóstico correcto.
- El propietario tendrá que mostrarse más paciente tratando de mantener la rutina habitual tanto como sea posible, haciendo que la casa sea segura, aumentando el número de salidas aunque sea breve y recompensándolo cada vez que realice las funciones fisiológicas en el exterior.
- También tendrás que pedirle que se mueva más, capturando su atención con juegos y actividades, esto puede favorecer un buen descanso nocturno.
- El veterinario tendrá que recomendar el mejor tratamiento para frenar la enfermedad todo lo que sea posible, en conjunto con la ingesta de suplementos y una dieta adecuada.